Vitoria.- El plan de Convivencia Democrática y Deslegitimación de la Violencia, que será aprobado el próximo martes por el Gobierno Vasco, aboga por la presencia activa y directa de las víctimas del terrorismo en las aulas para fomentar su "cercanía" a los alumnos y prevenir su marginalidad.
Los grupos del Parlamento Vasco tienen ya en su poder este texto, fruto de las negociaciones que han mantenido el PSE-EE y el PNV durante los dos últimos meses y que dieron por cerradas el pasado lunes. De la marcha de estas negociaciones ha tenido información puntual el PP, socio preferente de los socialistas.
El último documento, al que ha tenido acceso Efe y que consta de 169 páginas, recoge los objetivos de este plan, reformulación del elaborado por el anterior Ejecutivo, y las medidas concretas que se desarrollarán.
El documento contiene algunas modificaciones pedidas por el PNV, como la desaparición de la expresión contenida en el primer borrador "en especial del Estado constitucional" cuando se hablaba de la "reivindicación de las instituciones democráticas".
Se sostiene que con este plan se quiere dar un "nuevo impulso al objetivo de marginar definitivamente las actitudes y opiniones que, al no reconocer el valor de la vida humana, el sistema democrático y los valores de la tolerancia, la pluralidad política y libertad personal, pueden abrir el camino de la justificación de la violencia terrorista".
El texto refundido pretende dar un enfoque integral a la deslegitimación de la violencia pero trata de evitar que, "en la práctica, se diluya la relevancia de las víctimas del terrorismo".
Por ello propugna la presencia activa de éstas en las aulas, porque hasta ahora "ese espacio no ha existido" para ellas, aunque precisa que serán los centros educativos, en el ejercicio de su autonomía, los que "deben concretar las actividades, metodologías, temporalización y recursos más adecuados" para hacer efectivo este propósito.
El texto reconoce que la presencia de los testimonios de las víctimas del terrorismo en la educación es "mucho más delicada" que la de las víctimas de otras formas de violencia, por lo que prevé facilitar a los educadores "todos los medios formativos y de apoyo que precisen" para esa labor.
La presencia "directa y activa" de las víctimas se justifica porque previene su marginalidad, proporciona una cercanía, garantiza una "instancia crítica" y permite conocer de primera mano cómo han vivido su relación con la violencia y cómo han logrado superar el trauma.
No obstante, la Dirección de Atención a Víctimas del Terrorismo velará por cuidar la calidad e idoneidad de los mismos y se encargará de hacer una selección de las víctimas cuyos testimonios puedan resultar de interés pedagógico y las preparará y formará para que presten su testimonio a los alumnos.
Sus testimonios podrán llegar tanto a través de medios audiovisuales, como escritos o en directo. El formato en el que harán oír su voz quedará a elección de los centros educativos, que también incluirán la presencia activa o indirecta de otro tipo de víctimas.
Para divulgar los valores de la cultura de la paz y los derechos humanos se harán campañas de sensibilización, se prepararán materiales didácticos y se desarrollarán programas formativos, entre otras medidas.
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