La reforma de la ley del aborto abre un fuerte debate en España

  • La reforma de la ley del aborto en España, propuesta por el Gobierno del Partido Popular (PP, centroderecha), ha desencadenado un fuerte debate en España, dentro incluso de las filas del partido gobernante.

Madrid, 9 ene.- La reforma de la ley del aborto en España, propuesta por el Gobierno del Partido Popular (PP, centroderecha), ha desencadenado un fuerte debate en España, dentro incluso de las filas del partido gobernante.

La propuesta, elaborada por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, restringe el aborto a los casos de violación y de riesgo para su salud física o psíquica de la mujer.

De ser aprobada por el Legislativo, acabaría con la actual norma, en vigor desde 2010 y aprobada por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, que establece plazos en la gestación para poder someterse a un aborto.

El anteproyecto de reforma aprobado por el actual Gobierno el pasado mes de diciembre ha levantado un intenso debate dentro del propio PP, en el que algunos de sus "pesos pesados" han expresado ciertas reticencias y piden que se busque un mayor consenso.

En los partidos de la oposición, el rechazo es amplio y el líder de los socialistas (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba, pidió hoy al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que guarde la reforma del aborto "en un cajón bajo siete llaves" y le acusó de promover un modelo que va "directo a la yugular" de los derechos y las libertades por pura ideología y para hacer "negocio".

En la primera reunión del año de la dirección del PP, celebrada el miércoles, quedaron patentes las diferencias sobre esta reforma en el seno del partido del Gobierno, ya que el tema terminó desviando la atención de los asuntos de la agenda, como la preparación de las elecciones europeas de este año y la economía.

En esa conferencia, Rajoy defendió la reforma alegando que cumple con el compromiso histórico del partido de volver a la ley de 1985.

El presidente de la región de Extremadura, del el PP, José Antonio Monago, una de las voces que más se escucharon sobre la reforma del aborto, pidió a Rajoy, que busque el máximo consenso en este asunto, mientras que su correligionario y jefe del gobierno de Cantabria consideró hoy que la propuesta es "mejorable".

Otro "peso pesado" en el PP, el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, abogó hoy por "un mayor nivel de diálogo", al igual que su colega de Castilla León, Juan Vicente Herrera.

Su homólogo de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, defendió la legitimidad del Ejecutivo de derogar la ley del aborto y elaborar otra nueva, a la vez que abogó por buscar un mayor consenso y evitar lo que hizo el anterior Gobierno socialista de imponer una ley sin apoyos suficientes y "unilateralmente".

Por su parte, la vicepresidenta primera del Congreso de los Diputados, Celia Villalobos, propuso que se dé libertad de voto a los diputados del PP cuando la reforma llegue al Parlamento.

En ese sentido, el Partido Popular goza de mayoría absoluta en el Parlamento con la que podría aprobar la reforma del aborto sin necesidad del apoyo de ninguna formación de la oposición, siempre y cuando no renuncie a mantener la disciplina de voto en el partido, dominante en la actividad política española.

En España, únicamente se han llevado a cabo dos votaciones secretas, como la quiere forzar el PSOE, en el Congreso sobre la reforma del aborto.

No obstante, eso no podrá ocurrir en la votación del proyecto de ley porque, según dice el reglamento del Congreso, "en ningún caso podrá ser secreta la votación en los procedimientos legislativos".

Ante esta situación, la oposición ha buscado una fórmula para hacer posible el voto secreto y el PSOE e Izquierda Unida (IU) han presentado en el Congreso una proposición no de ley, en la que instan al Gobierno a retirar la reforma antes de que comience su tramitación parlamentaria.

En este caso podría llevarse a cabo una votación secreta si así lo solicitan dos grupos parlamentarios o una quinta parte de los diputados o miembros de la Comisión parlamentaria.

Sería en ese supuesto cuando entraría en juego la importancia de la disciplina de voto que los grandes partidos exigen a sus diputados y ante la que pocos se rebelan, ya que los que lo hacen pueden afrontar sanciones.

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