La salida de la OTAN dará estabilidad a la zona", dice exministra paquistaní

  • La retirada de las tropas de la OTAN, que está previsto que se complete a final de este año, tendrá un efecto estabilizador en la región, aseguró en entrevista a Efe la exministra paquistaní de Asuntos Exteriores, Hina Rabbani Khar.

Pau Miranda

Lahore (Pakistán), 14 mar.- La retirada de las tropas de la OTAN, que está previsto que se complete a final de este año, tendrá un efecto estabilizador en la región, aseguró en entrevista a Efe la exministra paquistaní de Asuntos Exteriores, Hina Rabbani Khar.

Rabbani, nombrada en 2011 jefa de la diplomacia paquistaní con solo 34 años, vive ahora la política en segundo plano tras la debacle electoral de su formación, el Partido Popular de Pakistán (PPP) el pasado mayo, aunque no está retirada "de ninguna manera".

"Simplemente atiendo a cosas que dejé un poco apartadas durante mi intensa etapa en el Gobierno, y me tomo cierto tiempo para reflexionar", afirma en su casa del elegante barrio de Defense en la ciudad oriental de Lahore.

Rabbani, de quien se destacó su buena sintonía personal con la entonces secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, tuvo que lidiar con una de las etapas más conflictivas de las relaciones con Washington, que vivieron mínimos históricos en 2011.

La exministra, que para muchos medios foráneos fue el rostro de la nueva democracia paquistaní tras una década del régimen militar de Pervez Mushárraf, defiende que la retirada de las tropas aliadas de Afganistán tendrá un efecto balsámico sobre esta convulsa región.

"La retirada de la OTAN dará estabilidad a la región porque es uno de los factores que ha alimentado la ideología que sustenta el terrorismo al nutrir el relato de que las fuerzas extranjeras están en nuestra santa tierra", argumenta Rabbani.

"Además -opina-, soy de los que creo que Pakistán es capaz de gestionar sus problemas por sí solo, no necesita la presencia de EEUU en la zona".

"Más que por la marcha de los estadounidenses de la región, estoy preocupada por el estado en el que queda Afganistán", dice Rabbani, que añade que en los últimos diez años el país vecino "no solo no ha avanzado sino que ha dado incluso algunos pasos atrás".

"El grado de reconciliación no llega a lo esperado ni por EEUU ni por Pakistán", lamenta, y advierte de que las elecciones presidenciales del próximo abril en el país centroasiático tendrán un déficit de credibilidad por la falta de apoyo de la insurgencia.

Durante la conversación, la exministra vuelve constantemente al problema de Afganistán porque en su opinión "todos los grandes problemas de Pakistán tienen hoy que ver con el conflicto afgano".

La extitular de Exteriores reconoce que Pakistán está pagando hoy "malas decisiones tomadas hace años con respecto al apoyo a Afganistán (en la lucha contra la ocupación soviética), o por lo menos políticas para las que no se diseñó una salida".

Sin embargo, la autocrítica deriva enseguida en el habitual ejercicio regional de buscar culpas en el otro: "El crecimiento del espacio ideológico del extremismo en Pakistán tiene más que ver con factores externos que internos".

Rabbani menciona como acicates de la narrativa extremista los ataques con drones estadounidenses o la falta de disculpas por el bombardeo aliado que costó la vida de 24 soldados paquistaníes en un puesto fronterizo con Afganistán en noviembre de 2011.

"Algunas entidades (radicales) han logrado un enorme espacio ideológico en nuestro país y otros vecinos (...) y si no se limita ese ámbito ideológico no se puede recortar su espacio físico. Es cuestión de sentido común", sentencia.

"Muchos relacionan el crecimiento del radicalismo con el fracaso en Afganistán y la pérdida de muchas vidas y de miles de millones de dólares", dice, y añade que "(Occidente) quería hacer retroceder el terrorismo y el extremismo, pero ha logrado lo contrario".

"El mundo esperaba mucho de Pakistán sin darse cuenta de que nosotros también sufríamos el problema", defiende Rabbani, que afirma gráficamente que su país se convirtió en el perfecto "saco de los golpes".

En otro momento, Rabbani vuelve a entonar cierta autocrítica al reconocer que "demasiados políticos y otras personas en Pakistán han usado la religión para lavarle el cerebro a las masas y ganar credibilidad".

"Pakistán se creó para los musulmanes, no para el islam, y hay una gran diferencia entre una cosa y otra", defiende la exministra, que propone la educación como principal herramienta para frenar el ascenso de la radicalización del sociedad paquistaní.

"Digo educación, que no es lo mismo que solo alfabetización -recalca-, y tiene que ir acompañada de un compromiso de la clase política para no caer en el uso de la religión como forma de alimentar determinados sentimientos en la masa".

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