"La señora" llega a la Alcaldía

  • Eduardo Sobreviela.

Eduardo Sobreviela.

Madrid, 22 dic.- Cuando entró en el Ayuntamiento de Madrid en el año 2003 aún la llamaban "la señora". Entonces, Ana Botella llegaba cada día a su despacho municipal desde el Palacio de la Moncloa y ahora, tras ocho años y medio trabajando codo a codo con Alberto Ruiz-Gallardón, será la primera alcaldesa de la capital.

El próximo martes, 27 de diciembre, Botella será elegida alcaldesa en sustitución de Gallardón, que ha formalizado su renuncia tras ser nombrado ministro de Justicia en el nuevo Gobierno.

Nacida en Madrid en julio de 1953, Ana Botella anunció en enero de 2003 su entrada en la política activa al aceptar ir en la candidatura popular al Ayuntamiento de Madrid en las elecciones de mayo siguiente.

El 25 de mayo fue elegida concejala y tres semanas después se ocupaba del Área de Empleo y Servicios al Ciudadano en el primer gabinete municipal de Gallardón.

Aunque es militante popular desde 1978, hace ya casi 34 años, fue entonces cuando Ana Botella comenzó a dejar de ser la esposa del presidente del Gobierno para empezar a tener una personalidad política propia.

En noviembre de 2004, ya con el PSOE en el Gobierno central y el ahora presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la oposición, Botella fue elegida miembro del Comité Ejecutivo del PP de Madrid.

En las elecciones municipales de mayo de 2007 fue reelegida concejala y en junio de ese año se estrenó como delegada de Medio Ambiente y segunda teniente de alcalde.

En mayo de este año, cuando fue reelegida de nuevo como número dos de la candidatura de Gallardón, su ascensión a la Alcaldía era ya un secreto a voces.

En todo caso, durante los últimos meses, llenos de rumores al respecto, ella ha mantenido en todo momento la máxima discreción.

Han sido numerosas las ocasiones en que responsables del PP, entre ellos el propio Rajoy y, por supuesto, Alberto Ruiz-Gallardón, han contestado que la esposa del ex presidente del Gobierno José María Aznar sería una "magnífica alcaldesa".

Ruiz-Gallardón afirmó incluso que Botella podría ser "una magnifica ministra" y "una magnifica presidenta de comunidad autónoma" y destacó su "experiencia, capacidad política y pasión por su ciudad".

Entre tanta alabanza, ella sólo aseguraba que no se había planteado ser alcaldesa de Madrid porque "bastantes problemas hay ya en este país ahora mismo" como para preocuparse por "cuestiones personales".

En todo caso, Ana Botella no ha pasado desapercibida todos estos años ni por su actuación política ni, muchas veces, por algunas de sus declaraciones.

Desde la izquierda fue atacada primero por su forma de abordar los problemas sociales desde una posición sociológica distante y después por su inacción a la hora de atajar los índices de contaminación de la ciudad, que ella ha reiterado hasta esta misma semana que son mejores que nunca.

Pero quizá lo que más ha calado en estos años son sus diferencias con el colectivo gay, sobre todo después de aquella célebre entrevista en la que habló de peras y manzanas para demostrar la imposibilidad de la unión entre personas del mismo sexo, en un símil con el que, según ha dicho después, se ha reído mucho con sus "muchísimos amigos gays".

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