La UE apoya el mecanismo de quiebras y se compromete con contratos de reforma

  • Los líderes de la Unión Europea (UE) dieron hoy su visto bueno al acuerdo cerrado sobre el mecanismo de resolución bancaria y se comprometieron a lograr un consenso en octubre de 2014 sobre los contratos que podrán firmar los países del euro a cambio de ayudas financieras para impulsar reformas.

Bruselas, 19 dic.- Los líderes de la Unión Europea (UE) dieron hoy su visto bueno al acuerdo cerrado sobre el mecanismo de resolución bancaria y se comprometieron a lograr un consenso en octubre de 2014 sobre los contratos que podrán firmar los países del euro a cambio de ayudas financieras para impulsar reformas.

"Es un buen paso hacia una Unión Europea más unida", afirmó el primer ministro italiano, Enrico Letta, al anunciar el respaldo de los jefes de Estado y de Gobierno al mecanismo único de reestructuración y liquidación bancaria, que estará formado por una autoridad que decidirá sobre las quiebras y un fondo común que permitirá una resolución ordenada de las entidades.

La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó que el acuerdo sobre el mecanismo es "un gran éxito", si bien dejó claro a sus homólogos que durante la fase transitoria de diez años hasta que el fondo haya alcanzado el nivel previsto de 55.000 millones de euros en 2026, se recurrirá a los recursos nacionales o al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) mediante un crédito como ha hecho España.

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha considerado por su parte que avances en la unión bancaria como al que se ha llegado en materia de resolución de entidades financieras, supone "más Europa y más confianza" y es bueno para la economía.

"Espero que el Parlamento Europeo (PE) también lo apruebe pronto, para que la unión bancaria esté completada a finales de este ciclo electoral" cuando se celebren en mayo los comicios europeos, señaló además el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.

No obstante, Merkel reconoció que las negociaciones con la Eurocámara no serán un camino de rosas, al igual que el presidente del PE, Martin Schulz, quien avisó de "tensiones" en las mismas con los países miembros dado lo alejado que están las posiciones.

El PE critica que el fondo común, que consistirá en el periodo transitorio de 10 años en compartimentos nacionales y que podrán acceder gradualmente al capital común al ritmo del 10 % anual, tenga que basarse en tratados intergubernamentales, es decir fuera de la legislación comunitaria.

La Eurocámara ha pedido por ello que sea la Comisión Europea (CE) y no los países miembros los que decidan sobre una quiebra.

Los líderes de la eurozona se comprometieron además a lograr un acuerdo para octubre de 2014 sobre los contratos que deberán firmar los países del euro a cambio de ayudas financieras para poner en marcha reformas a favor del empleo y el crecimiento.

Eso supone un retraso considerable respecto al calendario inicial, dado que en el borrador de las conclusiones todavía se hablaba de un acuerdo en la primera parte de 2014 o junio.

Fuentes diplomáticas explicaron que en cualquier caso la entrada en funcionamiento de este sistema en principio se retrasará hasta 2015, dado que se necesitará tiempo para desarrollar este mecanismo.

Los contratos, que serán de obligado cumplimiento y acordado con los demás socios, se centrarán en cuestiones como la mejora del rendimiento del mercado laboral y del productivo, la eficiencia de la administración pública, la educación y la formación profesional, la innovación y la investigación o los servicios de empleo e integración social.

Sobre la financiación de estas reformas, llamado mecanismo de solidaridad, se "explorarán todas las opciones respecto a la naturaleza exacta (préstamos, subvenciones, garantías), la forma institucional y el volumen de la ayuda", a la vez que se garantiza que este sistema no supone obligaciones para los Estados miembros que no participan en él.

Hollande dijo entender las "reticencias" que pueden tener algunos países a la hora de aportar fondos para financiar las reformas de otros, y reconoció que el debate todavía llevará tiempo, al igual que Merkel, que subrayó que "queda muchísimo trabajo".

La canciller alemana insistió en que quiere saber "exactamente lo que habrá en los contratos" antes de aportar fondos.

Los Veintiocho abordaron también el jueves otras cuestiones como la política de defensa, un asunto que no trataban desde 2008, concentrados en superar la crisis económica que se declaró ese año.

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, subrayó en la conferencia de prensa final que "una defensa fuerte no es un lujo, es una necesidad", mientras que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, subrayó la necesidad de que Europa "pueda cumplir su papel" en este sector, también "muy importante para la economía". EFECOM

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