La Unión y los liberales negocian optimistas sobre el futuro Gobierno alemán pese a la crisis financiera

  • Berlín.- La Unión de la canciller federal, Angela Merkel, y el Partido Liberal (FDP) iniciaron hoy con optimismo las negociaciones para la formación de una nueva coalición de gobierno en Alemania, marcadas por la crisis financiera y el déficit presupuestario que dificultarán las anunciadas rebajas fiscales.

La Unión y los liberales negocian optimistas sobre el futuro Gobierno alemán pese a la crisis financiera
La Unión y los liberales negocian optimistas sobre el futuro Gobierno alemán pese a la crisis financiera

Berlín.- La Unión de la canciller federal, Angela Merkel, y el Partido Liberal (FDP) iniciaron hoy con optimismo las negociaciones para la formación de una nueva coalición de gobierno en Alemania, marcadas por la crisis financiera y el déficit presupuestario que dificultarán las anunciadas rebajas fiscales.

Mientras tanto, la cúpula del Partido Socialdemócrata (SPD), formación que pasa a la oposición, anunció hoy la designación de Sigmar Gabriel, saliente ministro de Medio Ambiente, como nuevo presidente de la formación, que ha iniciado un proceso de renovación y rejuvenecimiento tras su catástrofe electoral.

La propia Merkel y el líder de los liberales, Guido Westerwelle, expresaron su voluntad de llegar a un acuerdo satisfactorio para sus respectivas formaciones al entrar juntos en la representación del estado de Renania del Norte-Westfalia en Berlín, donde se celebran las negociaciones.

La canciller alemana subrayó que "el crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo" serán el objetivo prioritario de la nueva alianza gubernamental entre los partidos de la Unión -cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU)- y los liberales.

"Todo nuevo gobierno es un nuevo comienzo", dijo por su parte Westerwelle, quien destacó el deseo de su formación de buscar un nuevo futuro para Alemania y aseguró "ser conscientes de la responsabilidad" que los liberales asumen.

Tanto Merkel como Westerwelle, virtual vicecanciller alemán y probable ministro de Exteriores, reconocieron que existen diferencias entre sus partidos, aunque subrayaron su disposición a superarlas y alcanzar el consenso para gobernar juntos la próxima legislatura.

Horst Seehofer, jefe del gobierno de Baviera y líder de la CSU, recordó por su parte haber gobernado con los liberales durante los 16 años en los que el cristianodemócrata Helmut Kohl estuvo en el poder y dio por sentada una reedición de dicha alianza.

Los líderes de los tres partidos se presentaron sonrientes y en franca armonía ante las cámaras, después de que durante la semana posterior a las elecciones legislativas altos representantes de las respectivas formaciones, pero sobre todo los liberales, plantearan exigencias maximalistas con vistas a las negociaciones.

Insistente ha sido Westerwelle con su demanda de cumplir las promesas electorales y llevar a cabo rebajas fiscales, que ha sido contestada desde la Unión con argumentos presupuestarios que dificultan seriamente esa iniciativa y podrían retrasarla varios años.

Es por ello que se espera a la hora de comenzar a negociar que se haga un arqueo de caja con el fin de conocer la realidad de las finanzas del Estado y las posibilidades económicas reales del futuro gobierno.

En ese sentido, el primer ministro del estado de Hesse y posible ministro de Finanzas, el cristianodemócrata Roland Koch, ha advertido ya de que no hay fondos para aplicar las rebajas fiscales de hasta 35.000 millones de euros que reclaman los liberales.

Otros temas de fricción entre la Unión y los liberales son la seguridad nacional, en la que los segundos exigen correcciones en materia de política Interior y Justicia, sobre todo en lo que se refiere a los registros on-line de ordenadores privados o el almacenamiento masivo de datos en la lucha contra el terrorismo.

El FDP desea acabar también con los fondos destinados a la financiación de las cajas sanitarias, algo a lo que la Unión se niega en rotundo, mientras existen roces también en la política laboral, en la que los liberales exigen facilitar el despido libre para empresas de menos de 20 empleados.

A la mesa de negociaciones se sientan un total de 27 altos cargos políticos, nueve por cada formación, con Merkel, Seehofer y Westerwelle a la cabeza, que dejarán el reparto de las carteras del nuevo gabinete para el final.

Se espera que al inicio de las conversaciones se acuerde la formación de varios grupos de trabajo que vayan consensuando los distintos temas del catálogo de las negociaciones, para las que no se ha fijado un límite en el tiempo.

La canciller alemana, Angela Merkel, ha expresado, sin embargo, su deseo de que el nuevo gabinete este listo antes del próximo 9 de noviembre, cuando se cumple el 20 aniversario de la caída del Muro de Berlín y se espera la presencia en la capital alemana de numerosos estadistas de todo el mundo para celebrarlo.

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