La vista de apelación de Alan Gross concluye en Cuba pendiente de sentencia

  • La vista de apelación del contratista estadounidense Alan Gross, condenado a 15 años de cárcel por participar en "planes subversivos" contra Cuba, concluyó hoy y quedó pendiente de sentencia tras la intervención del propio acusado en el Tribunal Supremo Popular en La Habana.

La Habana, 22 jul.- La vista de apelación del contratista estadounidense Alan Gross, condenado a 15 años de cárcel por participar en "planes subversivos" contra Cuba, concluyó hoy y quedó pendiente de sentencia tras la intervención del propio acusado en el Tribunal Supremo Popular en La Habana.

La vista celebrada en la mañana de este viernes en la Sala de los Delitos contra la Seguridad del Estado del Tribunal Supremo transcurrió a puerta cerrada y sólo se conocieron algunos detalles tras su conclusión mediante una nota publicada en una web cubana oficial.

Según el sitio digital Cubadebate, Gross "expuso los criterios que consideró pertinentes" al ejercer el "derecho de última palabra" que le concedió el Tribunal, y "agradeció la posibilidad de explicarlos personalmente ante los jueces".

Esta web también precisó que la abogada defensora asignada a Gross por el Estado cubano, Nuris Piñeiro, alegó "los elementos que sustentan la inconformidad del acusado con la decisión del tribunal de primera instancia".

La sentencia definitiva del Tribunal Supremo de Cuba se dará a conocer "en los próximos días", de acuerdo con la misma fuente.

Según pudo constatar Efe en las afueras del Tribunal, representantes de la sección de intereses de EE.UU. en Cuba (SINA) asistieron a la vista del contratista, cuyo caso se ha convertido en otro foco de tensión entre La Habana y Washington.

La detención de Gross en la isla en diciembre de 2009 sumó fricciones entre ambos países, cuyos Gobiernos no tienen relaciones diplomáticas desde 1961 y arrastran una enemistad desde hace más de medio siglo.

Gross, de 62 años, fue detenido por distribuir material tecnológico a una comunidad judía en la isla y trabajaba para la empresa Development Alternatives (DAI), una subcontratista de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (Usaid) dedicada a labores de desarrollo en otros países.

El juicio se celebró en el Tribunal Provincial Popular de La Habana en marzo pasado, quince meses después de su detención, y concluyó con una condena de quince años de prisión para Gross por participar en un supuesto "proyecto subversivo del Gobierno de Estados Unidos" contra Cuba mediante el uso de sistemas de info-comunicaciones.

El contratista estadounidense interpuso mediante sus abogados un recurso de apelación ante el Tribunal Supremo, máxima instancia de la justicia en Cuba.

El Gobierno de Estados Unidos siempre ha mantenido que Gross es inocente, tachó de "injusta" la condena impuesta por la justicia de la isla y ha insistido en exigir a Cuba su liberación "inmediata e incondicional".

Washington reiteró su postura a inicios de este mes cuando un portavoz del Departamento de Estado afirmó que continuarán "usando todos los canales diplomáticos para presionar por la liberación de Gross y que pueda reunirse con su familia".

Desde la celebración del juicio en marzo pasado diversas personalidades estadounidenses se han interesado por el caso ante las autoridades cubanas, entre ellas el expresidente Jimmy Carter, quien ese mismo mes visitó a Gross durante un viaje que realizó a la isla.

Carter dijo entonces que confiaba en que se atendiera su apelación ante el Tribunal Supremo, o se emitiera una orden ejecutiva para concederle un indulto o la liberación por motivos humanitarios, considerando que la hija y la madre de Gross están muy enfermas.

Ninguno de los familiares del contratista asistió hoy a la vista de apelación, a diferencia del juicio realizado en marzo, cuando su esposa Judy viajó a La Habana para acudir al proceso.

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