Las autoridades kirguises disuelven una nueva protesta instigada por el presidente derrocado

  • Moscú.- La policía kirguís disolvió hoy una violenta protesta de la oposición en la capital del país, Biskek, calificada por el Gobierno como un nuevo intento de usurpar el poder instigado por el clan del depuesto presidente Kurmanbek Bakíev.

Las autoridades kirguises disuelven una nueva protesta instigada por el presidente derrocado
Las autoridades kirguises disuelven una nueva protesta instigada por el presidente derrocado

Moscú.- La policía kirguís disolvió hoy una violenta protesta de la oposición en la capital del país, Biskek, calificada por el Gobierno como un nuevo intento de usurpar el poder instigado por el clan del depuesto presidente Kurmanbek Bakíev.

"Las afirmaciones de que sería un mitin pacífico eran pura demagogia llamada a maquillar un intento de toma del poder por las armas", denunció en rueda de prensa la presidenta kirguís, Rosa Otunbáyeva.

Las protestas fueron organizadas por partidarios del empresario y ex candidato presidencial kirguís Urmat Baryktabásov, investigado por la Justicia desde el 17 de junio de 2005, cuando sus hombres ocuparon la sede del Gobierno, pero no lograron mantenerla bajo su control.

La policía en Biskek y en otras ciudades empleó hoy balas de fogueo y gases lacrimógenos para disolver las concentraciones de los partidarios de Baryktabásov, que exigían retirarle los cargos y nombrarlo primer ministro.

Agentes de seguridad detuvieron a una treintena de organizadores de los desórdenes, entre ellos el propio Baryktabásov, quien se creía fugado del país, y se incautaron de varias armas de fuego, granadas y municiones, según la agencia kirguís 24.kg.

Otunbáyeva subrayó que entre estas armas había fusiles de francotiradores, lo que parece indicar que "Baryktabásov y sus cómplices planeaban la eliminación física de miembros del Gobierno".

El presidente del Servicio Estatal de Seguridad Nacional kirguís, Keneshbek Dushebáyev, declaró por su parte que los disturbios fueron financiados por el entorno y familiares de Bakíev, derrocado en abril pasado y refugiado en Bielorrusia.

"Establecimos que en estos sucesos están implicados directamente familiares de Bakíev, que entregaron dinero para ello en los últimos tres días", indicó en previsible alusión al hijo del ex presidente, Maxím, el hombre más rico del país que ha pedido asilo en Londres.

El jefe de los servicios secretos afirmó que los cuerpos de seguridad ya conocen a los mensajeros que trajeron el dinero desde el exterior y que se han incautado de documentos que confirman el reparto de sumas por todo el país, según la agencia Akipress.

Según Dushebáyev, los organizadores de los disturbios, para desestabilizar el país, pretendían asimismo provocar nuevos choques interétnicos con la minoría uzbeka, como los que recientemente costaron la vida a centenares de personas en el sur de Kirguizistán.

El fiscal general de Kirguizistán, Baitemir Ibraíev, informó por su parte de que Baryktabásov y otros seis organizadores activos de los disturbios fueron acusados de "desórdenes masivos, posesión ilegal de armas y de intento violento de hacerse con el poder".

Baryktabásov en 2005 se registró como candidato presidencial, pero la Comisión Electoral Central lo descalificó en el último momento por ser asimismo ciudadano del vecino Kazajistán, tras lo cual sus seguidores asaltaron en protesta la sede del Ejecutivo.

Buscado por la Justicia de Bakíev, el político huyó del país y vivió durante cinco años en los Emiratos Árabes, de donde regresó a Kirguizistán en abril pasado tras el derrocamiento del anterior presidente a raíz de violentos enfrentamientos entre los cuerpos de seguridad y la oposición.

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