Los desafíos del PSOE en el nuevo curso definirán el efecto Sánchez

    • Septiembre es para Sánchez la fría antesala de resolver la papeleta de las primarias, anticipa los nubarrones de designar candidatos para los comicios de mayo de 2015 y así, recuperar las noches estrelladas de poder autonómico y local.
    • Los desafíos para el PSOE de cara al próximo curso político.

Sánchez pide a Rajoy y a Mas que dejen de "mirarse de reojo" y solucionen ya la "crisis institucional"
Sánchez pide a Rajoy y a Mas que dejen de "mirarse de reojo" y solucionen ya la "crisis institucional"

En septiembre se decide todo. La vuelta al curso, nuevas caras, nuevas medidas y todo por demostrar o por perseverar en el empeño. Pero, ¿qué tiene de especial?

Dice Neruda que para quienes vivimos en el hemisferio norte septiembre es la antesala del otoño. Resume el dorado final del verano y anticipa con sus nubes cargadas de lluvia, con sus atardeceres suaves, el otoño que se prolongará hasta el solsticio de invierno. En cambio, para quienes viven en el hemisferio sur ocurre todo lo contrario: septiembre marca la entrada de la primavera.

Para Pedro Sánchez con septiembre llega la fría antesala de resolver la papeleta de las primarias, anticipa los nubarrones de designar candidatos para los comicios de mayo de 2015 y así, recuperar las noches estrelladas de poder autonómico y local; para construir un proyecto político que cale e insufle ilusión en un electorado deprimido y a la fuga desde mayo con el buen tiempo. Son algunos de los desafíos de Sánchez al frente del PSOE, pero no todos.

La prueba del algodón serán las elecciones municipales y autonómicas de 2015, que servirán para testar el 'efecto Sánchez' y si el PSOE llega con los deberes hechos, especialmente el de haber construido un proyecto económico y social y de regeneración democrática que convenza a la ciudadanía.

Uno de los primeros retos que tienen los socialistas es el de justificar por qué las primarias abiertas para elegir al candidato a la Moncloa no se van a celebrar en noviembre, como estaba programado, sino que se retrasarán al próximo verano, salvo sorpresas de última hora.

Pese a que hace apenas unos meses había un clamor interno para que fueran lo antes posible, ahora hay un consenso prácticamente generalizado sobre el aplazamiento.

¿Qué ha cambiado en este tiempo? Pues, de entrada, el líder. Alfredo Pérez Rubalcaba se pasó dos años y medio viendo cómo su liderazgo era cuestionado, sobre todo por los sectores que perdieron el congreso de Sevilla.

"Había una ecuación cuya variable principal ha cambiado, que es un congreso extraordinario", tal y como lo describió en su día el ahora secretario de Organización, César Luena, para explicar que probablemente tenía poco sentido seguir insistiendo en las primarias después de adelantar el cónclave y de elegir a un nuevo secretario general en una consulta abierta a las bases.

Con ese escenario, cuaja la idea de que las primarias sean en verano. Y la de que Sánchez se presentará, si los socialistas tienen un resultado aceptable en los comicios regionales y locales. Ya lo adelantó en una entrevista al diario 'El País', el madrileño no tiene miedo y le gustaría presentarse, pero su anuncio oficial será en septiembre.

El propio Sánchez afirmó que apuesta por convocarlas tras las elecciones autonómicas y municipales (en mayo) para no saturar a la gente y que no piensen que seguimos mirándonos a nosotros mismos. El resto de barones opinan lo que Sánchez, excepto el de Asturias, Javier Fernéndez que en un principio se mantuvo firme para, posteriormente cambiar de opinión, al igual que la presidenta Micaela Navarro.

También habrá primarias, este otoño, para elegir a los aspirantes a las elecciones de mayo, aunque en estos casos lo más seguro es que sean al estilo tradicional, sólo para los militantes.

Algunas comunidades como la valenciana o la balear ya tienen designados a sus candidatos, se espera que en otras no haya primarias porque tienen un líder consolidado y se duda de si habrá duelos en algunas como Castilla y León o Madrid.

Entre los candidatos del PSOE al ayuntamiento, el que más suena es el que todavía no ha presentado su candidatura, pero ya recibe numerosos apoyos: Antonio Miguel Carmona. El socialista no descansa ni en agosto y lo puedes ver participando en la 'Marea Blanca' que se concentró este domingo ante el Ministerio de Sanidad para exigir el cese de los recortes en este área, como escuchando las necesidades de los vecinos de Cerceda o reuniendose con los representantes del mundo de la cultura para valorar los recursos del centro cultural Matadero. Un político 'todoterreno' que al ser preguntado si se presentará, responde "todo a su tiempo". En el PSOE ya saben que es valor seguro para Madrid.

Por otro lado, el portavoz actual, Jaime Lissavetzky no quiere tirar la toalla fácilmente, aunque haya perdido a su máximo valedor (Alfredo Pérez Rubalcaba). Fuentes cercanas aseguran que tras el cambio en Ferraz y la entrada de Sánchez, Lissavetzky lo va a tener difícil para que sea el candidato favorito por 'el aparato' y ya dudan si conseguirá los avales suficientes para poder concurrir al proceso. Si el PP pierde la mayoría absoluta, IU se mantiene y Podemos continúa creciendo, el PSM tiene la puerta abierta de Madrid.

Mientras que en la Comunidad, los socialistas tampoco están seguros de que Tomás Gómez sea el candidato, aunque se sabe que quiere, y se baraja la posibilidad de que surja una alternativa, tal vez liderada por José Cepeda que haga frente a Gómez.

En un PSOE casi huérfano de poder autonómico y con un reducidísimo poder local son conscientes de que la cita con las urnas de mayo es fundamental para ellos y de que habrá un antes y un después: o es el inicio de la recuperación de su crédito electoral o es la confirmación de que los votantes les han dado la espalda y corren el riesgo de ser condenados a la irrelevancia política.

Se trata de frenar la sangría por la izquierda y el temido avance de Podemos, pero sin quitar el ojo al inmenso granero de votos que, según los sociólogos, está en el centro político. Más allá de ideologías, los socialistas quieren mimar a las clases medias.

Y una de las estrategias que baraja el equipo más cercano a Sánchez es comenzar a marcar las diferencias en el terreno en el que el partido del politólogo Pablo Iglesias se mueve como pez en el agua: las tertulias de radio y televisión.

Otro de los asuntos que tiene que resolver Sánchez de manera más inmediata, a comienzos del próximo curso político, son los cambios en las direcciones de los grupos en el Congreso, el Senado y el Parlamento Europeo.

"Voy a repensar todo y cuando digo todo, me estoy refiriendo a todas las direcciones", dijo Sánchez el pasado 28 de julio, en su primera rueda de prensa tras el congreso federal que le encumbró a la Secretaría General.

Los nombres que se barajan son los de Antonio Hernando para la Cámara baja yÓscar López para la alta, dos personas de la máxima confianza de Sánchez, sin descartar a una mujer para el Congreso, mientras que en Bruselas podría seguir Elena Valenciano, o dar paso a Iratxe García o Sergio Gutiérrez, dos jóvenes eurodiputados bregados en Juventudes Socialistas.Una quincena de leyes por aprobar en el Congreso

El Congreso cerró sus puertas hasta septiembre dejando pendientes una quincena de proyectos de ley en tramitación y en plazo de enmiendas, algunos de ellos de profundo calado, como la Ley de Seguridad Ciudadana, mientras espera la llegada de polémicas reformas, como la Ley del Aborto.

Entre los proyectos de ley que cogerán nuevo impulso después de las vacaciones destacan las dos iniciativas sobre regeneración democrática que ha planteado el Gobierno a los grupos parlamentarios, en el objetivo de recuperar la confianza de los ciudadanos en la clase política y en las instituciones.

Se trata del proyecto de ley de control de la actividad económico-financiera de los partidos políticos, y la ley reguladora del ejercicio del alto cargo de la Administración General del Estado, que servirán de complemento a la ya aprobada Ley de Transparencia.

El pasado mes de marzo, Gobierno y oposición acordaron darse de plazo hasta final de este año para intentar pactar esas nuevas medidas de regeneración democrática y lucha contra la corrupción.

No obstante, el diálogo quedó en compás de espera por las elecciones europeas de mayo y, sobre todo, por el proceso de renovación abierto en el PSOE tras la marcha de Alfredo Pérez Rubalcaba, que ha culminado con la elección de Pedro Sánchez como nuevo líder de los socialistas.

Será sin duda en septiembre cuando se recupere el diálogo sobre esos dos proyectos que, entre otras novedades, obligará por ley a los partidos a publicitar sus cuentas y subvenciones, y a que su tesorero comparezca en el Congreso.

Otro proyecto pendiente es el "macrodecreto"de medidas urgentes para el crecimiento, la competitividad y la eficiencia, que el PSOE, la Izquierda Plural y UPyD recurrieron la semana pasada ante el Tribunal Constitucional.

La oposición entiende que este decreto es una "chapuza" y una "aberración jurídica"porque modifica de una sola tacada una treintena de leyes de diferentes ámbitos y, "por supuesto que la recurriremos", señalaron antes de vacaciones.

Aunque la norma ya está en vigor, el PP accedió en el debate en el pleno a que el decreto se tramite como proyecto de ley, por lo que los grupos parlamentarios podrán presentar enmiendas parciales.

Otra de las reformas de calado cuya negociación podría iniciarse tras el verano es la modificación de la Ley Electoral para permitir la elección directa de alcaldes y a la que también se opone el PSOE.

Ya en su entrevista el pasado 28 de julio en el Palacio de la Moncloa, el nuevo secretario general del PSOE expresó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, su negativa ahora y en el futuro a esa iniciativa.

Para Sánchez esa propuesta del PP es "un error" y no es el camino que se necesita para avanzar en la regeneración democrática ni para garantizar la estabilidad y gobernabilidad de muchos ayuntamientos.La reforma constitucional, la 'patata caliente'

Este lunes el diario 'ABC' titula en su portada, "el PSOE renuncia a la reforma constitucional de Rubalcaba" para aclarar en páginas interiores que Sánchez ha decidido no pedir en septiembre la creación en el Congreso de una ponencia para reformar la Constitución.

Entre los motivos que destaca el diario para aplazar la promesa de Rubalcaba es que el madrileño quiere que el nuevo PSOE se centre en exponer su alternativa "socioeconómica" y denunciar la "desigualdad" que genera el PP.

"Pedro Sánchez quiere salirse de esa dinámica y que el PSOE sea solo noticia por sus líos con el PSC o porque quiere convertir a España en un estado federal, como incluyó en la Declaración de Granada hace un año. Sánchez propone que cuando pida esa ponencia constitucional, le sirva para lucir sus propuestas sociales, por ejemplo 'blindar' la educación y la sanidad en la Carta Magna", insiste el diario.

Ante las informaciones vertidas por el diario y el revuelo de algunos militantes y simpatizantes en las redes sociales, el secretario general del PSOE ha querido contestar a través de 'Twitter' para señalar que: "Leo alguna información sin base. Como socialista, defiendo y trabajaré por la reforma constitucional y la España federal. Así de claro".

Pero la verdad es que la reforma constitucional para el PSOE será la verdadera 'patata caliente' de Sánchez de cara a septiembre. En su primera y única reunión mantenida con Rajoy, el popular ya le dio un 'no' rotundo a la reforma porque para ambos partidos podrían ser aguas cenagosas.

El vicesecretario general de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, calificaba este lunes al líder del PSOE como "un melón sin catar" y advierte a los socialistas de que se equivocan si buscan los votos perdidos en las últimas elecciones europeas en la extrema izquierda.

Por lo pronto, Sánchez cuenta con una ventaja sobre Rubalcaba, ya que ha conseguido que todos los "barones" cierren filas con él, persuadidos de la necesidad de que los socialistas ofrezcan una imagen de cohesión y un mensaje de unidad.

Falta por ver si es más un deseo que una sensación real, ya lo avisa el refrán: "Cuando en septiembre acabes de vendimiar, ponte enseguida en octubre a sembrar".

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