Los emperadores de Japón visitan la zona próxima a la central de Fukushima

Tokio, 13 oct.- El emperador de Japón, Akihito, y la emperatriz, Michiko, viajaron hoy a la zona del noreste del país arrasada por el tsunami de 2011 para visitar un pueblo en las proximidades de la maltrecha central de Fukushima, epicentro de la crisis nuclear.

Los emperadores aprovecharán el viaje para reunirse con los lugareños y comprobar la evolución en el proceso de descontaminación de la radiación proveniente de la planta y que aún mantiene evacuadas a unas 52.000 personas.

Akihito, de 78 años, y Michiko, de 77, visitarán la ciudad de Kawauchi, en la provincia de Fukushima, como parte de su deseo de dar todo el apoyo posible a los afectados por el terremoto, tsunami y crisis nuclear, detalló la agencia Kyodo.

Tras producirse el accidente en la planta de Fukushima Daiichi, el pueblo de Kawauchi fue incluido en la zona de evacuación de 20 kilómetros declarada por el Gobierno ante la alta radiación, lo que provocó que sus cerca de 3.000 ciudadanos evacuaran sus casas.

Kawauchi y Tamura fueron los primeros municipios donde el Gobierno permitió el paso dentro de la zona de exclusión tras el accidente, aunque antes ya había permitido unas pocas visitas controladas de apenas unas horas que permitieron a algunos vecinos recoger sus pertenencias.

A pesar de que el Gobierno levantó parcialmente, a finales de marzo, la restricción sobre la localidad, tan solo algunos residentes de Kawauchi han decidido regresar a sus casas, mientras que el resto permanecen en casas de acogida y albergues.

Se espera que los emperadores comprueben las labores de descontaminación en cerca de 60 casas y otros lugares de uno de los distritos de la localidad y se reúnan con unos 90 residentes que aún viven en las casas temporales.

El anterior viaje de los emperadores se produjo a mediados de julio, cuando visitaron el pueblo de Sakae (Nagano, centro), destruido por un terremoto que sacudió la zona un día después del gran seísmo del 11 de marzo de 2011 que devastó el noreste del país.

A pesar del delicado estado de salud de Akihito, que fue sometido en febrero a una operación coronaria, los emperadores de Japón han querido estar cerca del pueblo nipón en los peores momentos y visitado a las víctimas de la tragedia en numerosas ocasiones.