Los escándalos empañan la recuperación económica de Portugal

  • El encarcelamiento del ex primer ministro José Sócrates y el derrumbe cual castillo de naipes del Grupo Espírito Santo sacudieron Portugal y ensombrecieron sus logros en materia económica durante el 2014.

Óscar Tomasi

Lisboa, 12 dic.- El encarcelamiento del ex primer ministro José Sócrates y el derrumbe cual castillo de naipes del Grupo Espírito Santo sacudieron Portugal y ensombrecieron sus logros en materia económica durante el 2014.

A pesar de que el país creció en este ejercicio cerca de un 1 % después de tres años consecutivos en recesión y que el paro se redujo en casi dos puntos, hasta situarse en el entorno del 13 %, los escándalos protagonizados por dos antiguos pesos pesados como Sócrates y Ricardo Salgado dejaron en shock al país entero.

El año comenzó bien, con un alivio notable de la presión de los mercados que permitió a Portugal contradecir a los más agoreros y salir con éxito de su rescate financiero a mediados de mayo para decir así adiós a la troika.

Sin embargo, nada más dejar Lisboa los "hombres de negro" -como se conoce informalmente a los técnicos de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI)-, surgió el primer indicio público de que algo pasaba en el seno del Grupo Espírito Santo, un enorme y complejo conglomerado empresarial propiedad de una de las familias más ricas e influyentes.

Una auditoría reveló irregularidades en una de sus principales sociedades y todo el Grupo se tambaleó. Tanto es así que incluso su "joya de la corona", el Banco Espírito Santo (BES), acabó por ser intervenida en el mes de agosto por el supervisor luso, decisión que en la práctica supuso la liquidación de la que entonces era la principal entidad financiera privada del país.

Las acusaciones recaen mayoritariamente sobre una persona en concreto: Ricardo Salgado, presidente del BES durante 22 años seguidos y cara visible del emporio familiar, apodado como "DDT", las siglas, en portugués, de "Dueño De esto Todo", en referencia a su inmenso poder.

Además de ser apuntado como responsable de esta caída -cuyas consecuencias en la economía portuguesa aún están por ver-, Salgado fue detenido en julio por su presunta relación con el mayor caso de fraude fiscal y blanqueo de capitales detectado en el país.

De hecho, el banquero se encuentra desde entonces en libertad bajo fianza -pagó tres millones de euros para no ir a prisión- imputado por varios delitos y sin poder salir del país ni mantener contactos con personas vinculadas al caso.

El desplome del imperio de los Espírito Santo ocupó a partir de ese momento las portadas de los periódicos lusos día sí, día también, un escándalo de proporciones gigantescas con conexiones a otras circunscripciones, como Suiza, Luxemburgo, Venezuela, Dubai o Miami, y que motivó incluso la apertura de una comisión de investigación en el Parlamento.

Sin embargo, el momento de mayor conmoción social en Portugal se produjo ya en el tramo final de 2014 con el arresto de José Sócrates nada más aterrizar en Lisboa procedente de París, el 21 de noviembre.

Después de tres días de interrogatorios, el que fuera jefe de Gobierno entre 2005 y 2011 ingresó en prisión provisional por orden del juez Carlos Alexandre, convertido en una emergente estrella mediática en Portugal por instruir las causas más importantes de los últimos años.

El antiguo secretario general de los socialistas está imputado por los delitos de fraude fiscal, blanqueo de capitales y corrupción, acusaciones que no reconoce y que tachó de "absurdas, injustas e infundadas" a través de una carta.

La decisión del magistrado de imponer a Sócrates la pena más grave entre todas las posibles fue criticada por diferentes juristas, que lamentan la falta de detalles sobre los hechos en que se basa la imputación.

Filtraciones a la prensa apuntan a que la investigación atribuye al ex primer ministro una fortuna cercana a los 20 millones de euros que, presuntamente, mantenía oculta a través de un testaferro.

Su encarcelamiento se produce en un contexto político de intenso movimiento, con las elecciones generales a la vuelta de la esquina -están previstas para octubre de 2015-.

Los socialistas, principal grupo de la oposición, lideran los sondeos y acaban de designar como nuevo líder y candidato al actual alcalde de Lisboa, António Costa, quien pertenece a la misma "familia" que Sócrates.

Mientras, la coalición conservadora en el Gobierno encabezada por el primer ministro, Pedro Passos Coelho, confía su futuro a la recuperación económica -se estima una subida del PIB para el próximo año del 1,5 %-, que vincula directamente al severo programa de ajustes aplicado durante esta legislatura.

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