Los fugados de la cárcel de Segovia cuentan la historia 35 años después

  • Segovia.- Los veintinueve presos que cumplían condena en la antigua cárcel de Segovia se encontraron con varios "regalos" antes de evadirse el 6 de abril de 1976, primero porque bajo los muros discurría un colector y después porque no se tomaron medidas de seguridad tras el intento del verano de 1975.

Los fugados de la cárcel de Segovia cuentan la historia 35 años después
Los fugados de la cárcel de Segovia cuentan la historia 35 años después

Segovia.- Los veintinueve presos que cumplían condena en la antigua cárcel de Segovia se encontraron con varios "regalos" antes de evadirse el 6 de abril de 1976, primero porque bajo los muros discurría un colector y después porque no se tomaron medidas de seguridad tras el intento del verano de 1975.

A esta conclusión llegan, 35 años después, dos de los protagonistas de aquella sonada escapada: Josu Ibargutxi y Enrique Guelasaga que, como era de los más pequeños de estatura, fue elegido para excavar el agujero por el que saldrían.

Ahora han vuelto a ver su antigua estancia, convertida en plató de cine y en pabellones municipales destinados a artes escénicas y creación artística, denominados salas "Ex.presa", junto con otros antiguos compañeros, que llegaron a salir, o amigos, como Javier Armendariz, Sabin Arana, Chato Galante y Miguel Gómez.

Titulada como "La gran evasión" en la portada del rotativo francés "Le Monde", Guesalaga recuerda que antiguos encarcelados, veteranos del PCE, les pasaron información sobre la existencia de un doble fondo en una de las paredes, lo que les podía llevar a intentarlo.

En declaraciones a Efe, reconoce que se encontraron con "la sorpresa agradable de que, en vez de tener que hacer el túnel clásico de pasar edificio y pared y salir al campo, al practicar la perforación apareció un alcantarillado que pasaba por debajo de la cárcel.

La primera fuga, unos meses antes y que contemplaba la salida de 54 presos, estaba prevista para el 2 de agosto de 1975, pero los planes cayeron en manos del agente infiltrado Mikel Lejarza "El Lobo" y la policía los frustró cuando apenas faltaban una semana o diez días.

Los últimos fusilamientos del Franquismo, en septiembre de 1975, y la posibilidad de que se limitaran los indultos a presos políticos, muerto el dictador, hicieron recuperar la idea a los internos que, con asombro, comprobaron que no se habían tomado grandes medidas de seguridad.

Ibargutxi asegura que, incluso los barrotes que habían serrado en las alcantarillas del primer intento seguían serrados: no los habían repuesto, "avanzamos y nos damos cuenta de que el operativo es factible", matiza mientras Guesalaga subraya que el acceso se preparó desde otro punto de la prisión.

"Nos encontramos con el regalo de que podíamos salir", exclama quien hizo de 'topo' (excavador) para la segunda ocasión, mientras sostiene que el plan contemplaba esta vez la marcha de veintinueve presos porque la operación tenía más dificultades y algunos de sus compañeros habían sido trasladados a otras cárceles.

Josu Ibargutxi habla de las complicaciones de preparar un plan de fuga, comenzando porque "hay que vigilar a los vigilantes" e ir creando condiciones ambientales cotidianas para que vean que los internos funcionan normalmente, aunque en el fondo no lo hagan.

Después, la coordinación exterior, para lograr meter desde herramientas a documentación, incluso en el primer intento llegaron a contar con una cámara y realizaron fotografías de los 54, para elaborar carnés y pasaportes falsos.

Ibargutxi reconoce que les avisaron pronto de que se había descubierto el primer plan, y ni siquiera hicieron el intento de salir. Recuerda que el director de la cárcel les pedía que no salieran "porque toda Segovia estaba tomada por fuerzas policiales, incluso militares: si salen les van a acribillar, nos advertía".

Entonces tardaron tres días en descubrir el agujero, pero nueve meses después "conseguimos fugarnos los 29 en una operación exitosa", dice Guesalaga, quien apunta que el problema vino cuando falló el 'mugalari', conocedor de la zona de frontera con Francia, y se produjo un encuentro fortuito con la Guardia Civil.

La hemeroteca de "El Adelantado" da muestras de la tensión que se vivió en ese momento en Segovia por una fuga, la "Operación Poncho", que fue llevada al cine por Imanol Uribe con guión de Ángel Amigo, uno de los evadidos junto a Guesalaga, Ibargutxi y otros veintiséis más.

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