Los intérpretes afganos temen por su futuro y reclaman asilo en España

  • Traductores e intérpretes afganos que han trabajado para la misión española han manifestado su inquietud ante la inminente retirada en 2014 de las tropas españolas de Afganistán, y la posibilidad de no recibir asilo en España.

Kabul, 24 sep.- Traductores e intérpretes afganos que han trabajado para la misión española han manifestado su inquietud ante la inminente retirada en 2014 de las tropas españolas de Afganistán, y la posibilidad de no recibir asilo en España.

Ghulam Haidar, de 23 años, relató a Efe su temor a ser asesinado por los talibanes y los problemas económicos que ahora tendrá que afrontar.

Natural de la provincia norteña de Parwán, trabajó como intérprete para España en las regiones occidental de Herat y noroccidental de Badghis, las dos zonas que en casi doce años de guerra en Afganistán han tenido presencia española.

Haidar forma parte de la cuarentena de afganos que el pasado 9 de septiembre solicitaron por escrito a la Embajada española en Kabul un salvoconducto para viajar a España y poder pedir allí "asilo político o protección subsidiaria".

Su grupo considera que tanto la ley española como las directrices del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) les amparan, dado que es "responsabilidad" de España "proteger" al personal que ha trabajado para sus Fuerzas Armadas y estudiar peticiones de asilo de un colectivo de "riesgo" como el suyo.

El Ministerio español de Defensa ha negado hoy que haya dejado en situación de abandono a los intérpretes afganos que han trabajado para la misión española en Afganistán y ha precisado que "todas" las solicitudes de asilo presentadas están en proceso.

Precisaron en un comunicado que se han estudiado los casos de 46 intérpretes locales, 28 con contrato en vigor y el resto que lo han rescindido en el último año.

El plan de medidas continúa abierto, tanto para los trabajadores que aún permanecen desempeñando sus funciones con el contingente en Badghis como para los que han finalizado su contrato y su situación de seguridad se haya visto alterada, dijo el Ministerio en el comunicado.

La demanda de los intérpretes afganos ha encontrado eco en la prensa española e incluso se inició una campaña para respaldarlos.

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, dijo a Efe el pasado domingo que su departamento "ha facilitado su situación en Afganistán en función del riesgo que pueden tener una vez acabada la misión" y que algunos trabajadores se han beneficiado de medidas en ese sentido.

Los traductores e intérpretes subrayan que han vivido situaciones peligrosas y que "tener que identificarse ante todo tipo de individuos", les "ha marcado socialmente", por lo que son ahora vulnerables a "la persecución y discriminación".

"Tenía mucha esperanza al principio de que algún día podría estar en España. Es mi país favorito en Europa", subraya Haidar, que cobraba 800 euros de sueldo base mensual hasta 2012 en que se redujo a 500.

El intérprete relató experiencias vividas con las tropas españolas, como un ataque en noviembre de 2011 en el que resultó herido un sargento español que luego murió en el hospital, o una emboscada entre Herat y Badghis que duró varios días.

Para Mumtaz Ahmad Ahmadi, de 22 años y oriundo de la provincia central de Logar, la amenaza llegó curiosamente del Ejército afgano y no de la insurgencia.

"Estaba saliendo de la base en Badghis y, accidentalmente, un colega español disparó al suelo. Tres soldados afganos abrieron fuego contra nosotros e hirieron a un militar español. Corrí hacia la base para no morir", recordó.

Ahmadi, que ha estado vinculado al Ejército español desde 2010 hasta septiembre de este año, cree que si él y otros compañeros afganos "hubieran rechazado trabajar con las tropas", tal vez podría haber hecho "carrera" en la Administración pública afgana.

"Pero ahora todo el mundo nos conoce en nuestra zona, por lo que nuestra vida está bajo peligro. No tenemos elección", lamenta en conversación con Efe.

El intérprete asegura que está en una "lista negra" y le resulta "complicado" incluso visitar a su familia, por lo que apenas regresa a su región natal y permanece en Kabul.

"En lugar de ser objetivo de los talibanes o víctimas de atentados suicidas estaría bien sobrevivir y encontrar nuestro pan de cada día en España", afirma.

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