Los laboristas británicos tendrán hoy nuevo líder

  • El Partido Laborista del Reino Unido da hoy el pistoletazo de salida a una etapa de reciclaje y renovación. Esta tarde se anunciará el nombre del sustituto de Gordon Brown al frente de los progresistas británicos en un duelo que ha enfrentado a varios ex ministros, entre los que destaca el responsable de Exteriores junto a Brown, David Miliband.

David Miliband
David Miliband
lainformacion.com

La de hoy es una decisión vital. De ella depende la recuperación del Partido Laborista tras la derrota en las elecciones generales del pasado mes de mayo.

Los laboristas llevaban 13 años en el poder, pero la crisis económica pudo con ellos y el entonces primer ministro británico Gordon Brown no tuvo más remedio que dimitir. Renunció a todos sus cargos e incluso entregó su acta de diputado, mientras el tory David Cameron llegaba al número 10 de Downing Street en una coalición histórica con los liberaldemócratas.

Pasado el verano, los militantes laboristas ya han tenido tiempo para votar a su candidato preferido entre los cinco que consiguieron el apoyo suficiente para postularse como líderes de la formación. Son David Miliband, Ed Miliband, Diane Abbott, Andy Burnham y Ed Balls (conóceles en la fotogalería). Y esta tarde a las 17.00 (hora peninsular española), el Partido Laborista anunciará el nombre de su nuevo jefe.

El ex ministro de Exteriores del gobierno de Brown, David Miliband, es el preferido del establishment laborista, que lo ven como el relevo natural de Brown. Incluso el ex ministro de Exteriores e Interior entre 1997 y 2006, Jack Straw –apreciada figura en el laborismo-, ha apoyado su candidatura abiertamente.

El influyente periódico británico The Guardian también apoya su candidatura. En su edición dominical, The Observer, escribía recientemente que "David Miliband es el hombre mejor posicionado para el puesto" y añadía que "tanto el partido como el país necesitan un líder que no eche por la borda el legado de Tony Blair".

Ed Miliband es el hermano pequeño del ex ministro de Exteriores , con experiencia de gobierno como ministro de Energía y Cambio Climático, algo muy acorde con una ideología más de izquierdas que la de su hermano. De hecho, los sindicatos son su gran apoyo y le han ayudado a financiar su campaña electoral.

Por su parte, Ed Balls también ha sido una figura destacada a nivel nacional como ministro de Educación y secretario del Tesoro, mano derecha de Gordon Brown. Su campaña ha puesto el enfásis en la "lucha por la justicia". Pero su cercanía al líder caído es un lastre difícil de combatir.

También está Andy Burnham, quien ha ostentado la cartera de Sanidad –uno de los puntos fuertes atribuidos al gobierno de Brown- y la de Cultura, Medios y Deportes. Promete "reunificar" a los laboristas –tocados por una derrota tras trece años en el poder- y ser "un líder en el que tanto los laboristas como el Reino Unido puedan confiar".

La única mujer que toma parte en esta contienda es Diane Abbott. Fue la primera mujer negra con acta de diputada en el Reino Unido y lleva treinta años como militante del Partido Laborista. Ella llama a "pasar página". Quiere cambiar el partido, algo que –salvo sorpresa mayúscula- no parece convencer a los militantes de una formación que en los últimos años había virado al centro presumiendo de "nuevo laborismo".

Aunque la campaña se ha llevado a cabo con bastante discreción, una lucha respetuosa entre los candidatos y sin hacer mucho ruido fuera de las filas laboristas, los hermanos Miliband son quienes disfrutan de los apoyos más fuertes (David tiene al establishment a su favor, Ed a los sindicatos).

Salga quien salga elegido tiene por delante la misión de volver a ganarse la confianza de un electorado que después de trece años pasó la pelota del poder a los conservadores y a los liberaldemócratas, probablemente hartos de que Gordon Brown no consiguiera sacar al país de la crisis económica y de que el país sufriera uno de las peores tasas de paro, con un 8 por ciento de desempleados.

El punto débil de los laboristas en las pasadas elecciones, puede ser también ahora una de las bazas que juegue ahora el nuevo líder, aunque no será tarea fácil. Tendrá que ofrecer alternativas económicas creíbles y factibles al duro plan de recuperación implantado por el gobierno Cameron-Clegg: recortes de 7.200 millones de euros, reducción de 300.000 empleos públicos y una tasa a la banca.

Ya lo dijo el propio Ed Balls en una entrevista concedida al diario The Telegraph: gane quien gane, lo importante es el plan económico que ofrezcan (naturalmente él defendía el suyo)

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