Los Mossos detienen a 18 personas por robo y venta material de camiones

Barcelona, 21 mar.- Los Mossos han desarticulado una banda especializada en el robo de material de camiones estacionados en áreas de autopistas y que creaba además empresas ficticias para vender los objetos robados, en una operación en la que han detenido a 18 personas y han recuperado 15 toneladas de productos sustraídos.

Según han informado hoy los Mossos, este grupo, integrado por personas de nacionalidad española, estaba perfectamente organizado y jerarquizado, con un reparto de tareas muy estructurado, y se le atribuyen una quincena de robos acreditados.

Los robos se consumaban generalmente de noche, en áreas de descanso de autopistas mientras los conductores dormían.

En algunas ocasiones los delincuentes llegaron a utilizar la violencia y la intimidación para poder llevar a cabo el robo ante la resistencia de algunos de los camioneros que les sorprendieron "in fraganti" mientras se llevaban la carga.

Un operativo policial, coordinado por el Juzgado de Instrucción número 17 de Barcelona, llevó a cabo la detención de los 18 miembros de la banda y efectuó 14 entradas y registros en inmuebles y locales de Barcelona, Badalona, L'Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet, Gavà, Cervelló y Sant Boi de Llobregat, donde recuperaron más de 15 toneladas de material robado.

La investigación policial empezó a finales del año pasado a partir de la detección de diferentes partidas de mercancías robadas en diferentes establecimientos comerciales de Barcelona y su área metropolitana, que habían sido vendidos por diferentes sociedades sin aparente actividad mercantil.

El seguimiento de las operaciones comerciales relacionadas con la mercancía ilícita conducía a sociedades pantalla, con el objetivo de dificultar la detección de su recorrido entre su origen y el destino final.

Asimismo, la policía detectó, a partir del estudio de los movimientos bancarios, flujos ficticios de dinero entre las empresas con el objetivo de simular el movimiento de dinero correspondiente a operaciones comerciales que, en realidad, no se habían realizado.

Para efectuar esta práctica, utilizaban un testaferro, Manuel G.G., controlado por uno de los principales investigados y que se considera el cerebro creador de esta sofisticada estructura empresarial.

Una parte de los integrantes del grupo estaban especializados en la comisión de los robos, mientras que los otros miembros de la organización actuaban como intermediarios y eran los encargados de recibir el producto y gestionar la posterior salida al mercado.

La "cédula" que cometía los robos estaba compuesta por más de diez personas, que rompían la lona que rodea al camión para llevarse la carga, e incluso en algunas ocasiones llegaron a sustraer directamente el camión, que llevaban a un lugar seguro, como locales de barrios industriales o escondites habilitados en zonas boscosas.

El otro grupo actuaba como distribuidor del género robado -que incluía productos distintos, como electrodomésticos, cosmética y ropa-, que vendían a un precio inferior al de mercado a compradores, que acostumbraba a conocer la procedencia ilícita del producto.