Los nervios de Pablo Iglesias

Pablo Iglesias está nervioso, quiere un Gobierno en solitario con el PSOE, lo quiere pronto y no quiere ni oír hablar de un acuerdo con Ciudadanos. Parece que le han entrado prisas por sentarse en el poder. Lo ve cerca y teme que se le escape.

No quiere perder protagonismo. Si algo han sabido hacer siempre los dirigentes de Podemos es manejar la imagen y los medios de comunicación. Pablo Iglesias sabe que si pactara sólo con el PSOE, y ese Gobierno saliera adelante, él tendría una plataforma publicitaria de primer orden.

Para ello tienen que sacar del escenario al otro partido emergente: Ciudadanos. Con él le une la novedad de la oferta y le separa una idea de España. Podemos es partidario de los referéndums de las Comunidades Autónomas que quieran iniciar procesos secesionistas. Ciudadanos tiene su ADN en la unidad de la Nación española y la igualdad de todos los españoles ante la ley. Salvo esa diferencia insalvable están de acuerdo en que se necesita un proceso de cambio y reformas constitucionales. Precisamente por eso Podemos no quiere dar focos a Ciudadanos porque eso restaría protagonismo al papel de “prima dona” que cree que le corresponde en ese proceso de cambios.

Por otra parte sacar a Ciudadanos dificulta la creación de un Gobierno estable. PSOE, Podemos y Ciudadanos suman escaños de sobra para sacar adelante una investidura. Sin Ciudadanos, un Gobierno del PSOE más Podemos necesita el apoyo de los nacionalistas para ser investido y para aprobar las leyes, incluidos los Presupuestos. Sería un Gobierno poco estable. Pero Podemos ya se habría sentado en el poder.

Si PSOE+Podemos no consigue la investidura el país se aboca a nuevas elecciones. Dicen las encuestas que Podemos se vería favorecido sacando más votos. Si, además, Podemos e IU se presentan juntos podría ser la segunda fuerza en número de escaños en el Congreso ¿Mejor para Pablo Iglesias? Depende.

Unas nuevas elecciones serían buenas para Pablo Iglesias si PP y PSOE mantienen a sus candidatos y éstos siguen con la misma estrategia. Entonces el Rey tendría que pedirle a Iglesias que intentase la investidura. Sería el éxito que espera el líder de Podemos.

Pero alguna de estas dos condiciones podrían cambiar. Sobre todo porque las nuevas elecciones serían después de un fracaso de la investidura de Pedro Sánchez: ¿Lo mantendría el PSOE como candidato? ¿Si lo mantiene le darían la misma libertad de ahora para negociar? ¿Lo mantendría de líder si vuelve a perder votos y escaños? ¿El PSOE estaría dispuesto a apoyar a un Pablo Iglesias que le ha hecho fracasar? ¿El PP tendría las mismas exigencias que ahora para favorecer la gobernabilidad del país? Algunas de estas incógnitas podrían modificar los equilibrios actuales y excluir a Podemos de un Gobierno de Gran Coalición. De manera que unas nuevas elecciones también tienen su riesgo para Pablo Iglesias. Podría salirle como dice el refranero, “el tiro por la culata”.

Cómo Iglesias es un buen analista es seguro que ha hecho todas estas reflexiones. Así que lo más seguro para él es un pacto a corto plazo con Pedro Sánchez de Presidente y luego el tiempo dirá. Por eso el nerviosismo de Pablo Iglesias. Por eso sus prisas.