Los observadores de la ONU se muestran dispuestos a visitar Tremseh

Damasco, 13 jul.- Los observadores de la ONU desplegados en Siria se mostraron hoy dispuestos a visitar la localidad de Tremseh, en el centro del país y escenario ayer de una masacre, aseguró el jefe de la misión, el general Robert Mood.

En declaraciones a la prensa en Damasco, Mood explicó que, desde una distancia de unos cinco kilómetros de Tremseh, vieron como la violencia continúa hoy en la zona, donde se han desplegado unidades mecanizadas y helicópteros.

El jefe de la misión, que tiene suspendidas sus operaciones desde mediados de junio por el deterioro de la seguridad en el país, condicionó la entrada de los observadores en Tremseh a que se garantice un alto el fuego en la localidad.

El general Mood destacó que los observadores siguen repartidos en diferentes provincias, documentan los casos que van presenciando y están mediando con las partes en conflicto para intentar llegar a una solución pacífica.

Está previsto que la misión de observadores expire a finales de la próxima semana, aunque el Consejo de Seguridad de la ONU podría ampliar su mandato.

El general Mood pidió al Consejo de Seguridad que actúe con "liderazgo efectivo" y consensúe un plan que cumpla con las aspiraciones de los sirios y sea aceptado por las partes.

"El Gobierno y la oposición deben comprometerse a hacer condiciones y sentarse en la mesa de las negociaciones. Si esto ocurre, la misión será creíble y podrá contribuir a mejorar la situación en el terreno", acotó el responsable.

Los observadores de la ONU llegaron a Siria el pasado 29 de abril para supervisar la aplicación del plan de paz del mediador internacional Kofi Annan, compuesto por seis puntos entre los que figuran el cese de la violencia, el repliegue militar de las ciudades, la liberación de los detenidos en protestas y el inicio de un diálogo nacional.

Desde Ginebra, Annan condenó hoy la masacre en Tremseh y acusó al Gobierno sirio de usar armamento pesado en las ciudades, a pesar de que se había comprometido a no hacerlo.

La violencia se ha recrudecido en Siria, donde más de 11.000 personas han muerto desde que estallaran las protestas contra el presidente sirio, Bachar al Asad, en marzo de 2011.