Los recelos se instalan en el equipo económico de rajoy


El equipo económico que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, configuró hace año y medio para sacar a España de la crisis económica atraviesa uno de los momentos más delicados por los recelos y desconfianzas que existen entre los cinco dirigentes que llevan las riendas de la economía.
El buen dato del paro conocido esta semana, con 98.000 personas que encontraron un puesto de trabajo durante el pasado mes de mayo, no ha aplacado las diferencias entre los ministros económicos, el director de la Oficina Económica de La Moncloa y, ahora también, la vicepresidenta del Ejecutivo.
Fuentes gubernamentales transmitieron a Servimedia que el nombramiento de Soraya Sáenz de Santamaría como nueva vicepresidenta de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos ha sentado bastante mal en algunos de los ministerios del ramo.
Aducen que el problema no es el ascenso en sí mismo, que la mayoría entiende y acata, sino el hecho de que desde la Vicepresidencia del Gobierno se aproveche la confianza depositada por Mariano Rajoy para sacar pecho públicamente y filtrar una versión del nombramiento lejana de la realidad.
Sáenz de Santamaría había funcionado hasta ahora como la pieza clave que solía inclinar la balanza hacia uno u otro lado cada vez que se producía una disputa de criterio entre los ministros que encabezan las dos alas económicas del Gobierno: Luis de Guindos y Cristóbal Montoro.
El nombramiento como vicepresidenta de la Comisión Delegada busca oficializar esa tarea, según todas las fuentes consultadas por Servimedia, pero en algunos sectores del Gobierno no ha gustado nada que desde el entorno de Sáenz de Santamaría se haya vendido como un signo que a partir de ahora tiene en sus manos todo el poder de Rajoy.
Tampoco ha sentado bien que se dijera que los empresarios y los hombres más poderosos del sector económico prefieran verse con Sáenz de Santamaría, como si Montoro o Guindos no tuvieran encuentros todas las semanas con destacadas personalides del sector.
Hasta ahora, el ministro de Industria, José Manuel Soria, era el único que contaba con heridas de guerra provocadas por la vicepresidenta. Una fuente de toda solvencia del Ejecutivo aseguró a Servimedia que, en el enfrentamiento con Montoro por la reforma energética, Soria acabó solo porque Sáenz de Santamaría medió e inclinó la balanza hacia las tesis de Hacienda.
En el resto de los asuntos, tanto Montoro como Guindos consideran que la vicepresidenta ha jugado un papel respetuoso y neutral que servía para aplacar las luchas internas entre los distintos expertos económicos. En cambio, empieza a cundir la sensación de que la disputa ya no es sólo entre dos bandos porque hay nuevos actores.
En casi todas las discusiones suele colarse el director de la Oficina Económica de La Moncloa, Álvaro Nadal, al que internamente algunos definían hasta hace poco como el verdadero vicepresidente económico del Gobierno.
Nadal posee una buena relación con Montoro y Sáenz de Santamaría, dado que había trabajado a sus órdenes antes de llegar al Ejecutivo, pero es mucho más distante con Luis de Guindos, quien intentaba despachar sus asuntos directamente con Mariano Rajoy para evitar el filtro de sus principales colaboradores.
En la rama económica del Gobierno también están la ministra de Empleo, Fátima Báñez, y el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, pero ninguno de los dos suele entrometerse en las batallas económicas. La primera porque, según las mismas fuentes, acata la línea que marque la vicepresidenta y el segundo porque está centrado exclusivamente en sus competencias.
Sin embargo, el nombramiento de Sáenz de Santamaría como vicepresidenta de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos modifica el panorama y obliga a todos los ministros a coordinarse con ella. Las fuentes consultadas subrayaron a Servimedia que la división interna afecta más a las formas que al fondo, puesto que todos los implicados tienen claras las prioridades y trabajan en busca de los mismos objetivos.

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