Los testigos clave socavan la coartada de Pedro Jiménez

  • Barcelona.- Los testigos clave en quienes Pedro Jiménez basaba su versión exculpatoria del crimen de las dos policías en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) han socavado hoy la coartada del acusado con unas rotundas declaraciones en las que han llegado a calificar su relato de "mentira como una casa".

Supuesto "narco" en que Jiménez basa su coartada en el crimen de las policías desmiente su versión
Supuesto "narco" en que Jiménez basa su coartada en el crimen de las policías desmiente su versión

Barcelona.- Los testigos clave en quienes Pedro Jiménez basaba su versión exculpatoria del crimen de las dos policías en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) han socavado hoy la coartada del acusado con unas rotundas declaraciones en las que han llegado a calificar su relato de "mentira como una casa".

La versión que Pedro Jiménez ha mantenido desde su primer juicio en el año 2008, anulado por el Tribunal Supremo por considerar que la causa era competencia del jurado, ha empezado hoy a desmoronarse con la declaración de Mustapha D., el supuesto narco que, según su relato exculpatorio, le encargó que fuera a buscar un paquete de droga a casa de las agentes.

El presunto doble homicida, que dejó en la escena del crimen numerosos restos de ADN e incluso una factura a su nombre, sostiene que mantuvo relaciones sexuales consentidas con una de las policías cuando fue a recoger la droga, en un relato en el que atribuye el doble crimen a unos traficantes de droga.

"Todo eso que está contando son películas suyas como una casa", ha clamado hoy el testigo, que se reunió con Pedro Jiménez al día siguiente del doble crimen porque su amigo común Marco Antonio J.G. le pidió que le facilitara la huida, cuando todavía no sabía en qué estaba implicado.

El testigo, que cuenta con una condena por tráfico de drogas, ha negado con contundencia que encargara a Pedro Jiménez ir a recoger un paquete con estupefacientes, que lo llevara en moto al barrio de Bellvitge de L'Hospitalet de Llobregat y que conociera a las policías asesinadas.

Además, sostiene que no conoce al tal Alex, otro supuesto narco que nunca ha llegado a ser identificado y a quien Pedro Jiménez señaló en su declaración como el posible autor material del doble crimen.

Mustapha D., que cuando sucedieron los hechos estaba en tercer grado penitenciario, ha añadido que cuando se encontró con el acusado en las proximidades del Hospital de Sant Pau de Barcelona para ayudarle a huir lo encontró "nervioso" y le extrañó que llevara ropa de mujer, perteneciente a una de las víctimas.

Otro de los testigos que hoy han venido a desmontar la versión de Pedro Jiménez es Marcos Antonio J.G., que fue su ex compañero de celda en la prisión Ponent de Lleida y que, tras facilitar su huida a Girona, acabó delatándole a la policía.

Según su relato, Pedro Jiménez le llamó la mañana del mismo 5 de octubre de 2004, cuando ocurrió el doble crimen, para pedirle ayuda porque "había pinchado a un tío", por lo que Marcos Antonio J.G. recurrió a Mustapha K., un confidente de la Guardia Civil que lo tuvo refugiado en su casa de Girona.

Al conocer los atroces hechos que se imputaban al que fuera su compañero de celda, Marco Antonio J.G. llamó a la Policía Nacional para delatarlo, al tiempo que Mustapha K. lo entregaba a la Guardia Civil, como explicó él mismo ayer en su declaración como testigo ante el tribunal.

El ex compañero de celda de Pedro Jiménez ha añadido que mientras estuvo con él en prisión tenía "muy buen concepto" del presunto doble homicida, que le había dicho que se encontraba entre rejas por haber matado al novio de su hermana después de que éste abusara de ella.

Tras su detención por el doble crimen, Marco Antonio J.G. no ha mantenido apenas contacto con él, pese a que en los últimos años ha recibido una carta y llamadas telefónicas de Pedro Jiménez.

En la sesión de hoy han declarado también algunos vecinos de las víctimas, ninguno de los cuales escuchó ruidos alarmantes procedentes de su piso, con la excepción de una mujer que oyó "movimiento de llaves" en la puerta de la vivienda -que presuntamente abrió una de las policías mientras Pedro Jiménez la amenazaba con una arma blanca- como si alguien quisiera "llamar la atención".

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