El PP intenta fagocitar a los de Arrimadas

Ciudadanos fía su supervivencia al voto conservador que rechaza a Díaz Ayuso

Aunque lo consiguiera por los pelos y con solo siete escaños, Cs podría tener un respiro en medio de esta crisis interna sin precedentes, agudizada por los resultados en las catalanas y la moción fallida de Murcia.

El candidato de Ciudadanos (Cs) a la Presidencia de la Comunidad, Edmundo Bal, en un acto en la estación de cercanías de Getafe Central.
El candidato de Ciudadanos (Cs) a la Presidencia de la Comunidad, Edmundo Bal, en un acto en la estación de cercanías de Getafe Central.
Europa Press

Ciudadanos tiene dos semanas por delante para convencer a ese voto centrista, que tira más a conservador pero al que se le atraganta Isabel Díaz Ayuso, para sobrevivir a las elecciones madrileñas del 4 de mayo y poder seguir así teniendo opciones en el tablero político. Aunque lo consiguiera por los pelos y con solo siete escaños, Ciudadanos podría tener un respiro en medio de esta crisis interna sin precedentes, agudizada por los pésimos resultados en las catalanas de febrero y la moción fallida de Murcia. Reveses que el PP ha aprovechado para intentar fagocitar al partido de Inés Arrimadas, que corre el peligro de desaparecer si se queda fuera de la cámara madrileña.

Con la mayoría de las encuestas situando a la formación naranja por debajo del 5% necesario para tener representación parlamentaria, Ciudadanos ha puesto todas sus esperanzas en Edmundo Bal, que se ha inmolado para intentar salvar a su partido, algo que parece que en ningún caso hubiera logrado Ignacio Aguado.

Al menos con Bal hay opciones ,y si bien el desastre está prácticamente asegurado después de tener 26 escaños y un 19,42 por ciento de los votos, a lo mejor, hasta podrían ser llave, según pronostican algunos de los sondeos, que plantean un escenario en el que la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, necesite otra vez a los naranjas y a Vox para gobernar.

Y en eso está el aspirante a la Comunidad de Madrid, pateando cada pueblo y cada rincón de la región desde que aceptó este enorme reto, a pesar suyo, porque hay un elevado porcentaje de indecisos (20,2%, según el CIS publicado el pasado 5 de abril) y, por tanto, Cs cree que hay mucho juego por delante para retener parte de los apoyos que cosecharon en 2019. De hecho, aunque quedaron terceros (por detrás del PSOE y PP), en muchos sitios de peso fueron la segunda fuerza.

Lo consiguieron, por ejemplo, en los municipios más ricos, como Pozuelo de Alarcón y Boadilla -que son junto a Getxo (Vizcaya) los más pudientes de toda España-, al quedar por detrás del PP con una media del 25 por ciento de los sufragios. También fueron segundos en Majadahonda y Las Rozas. Igualmente ocuparon esta posición en las tres localidades madrileñas con la renta más baja con una población superior a los 20.000 habitantes: Ciempozuelos, Mejorada del Campo y San Fernando de Henares, en este caso, por detrás de los socialistas.

En el llamado cinturón rojo, lo consiguieron en Getafe, mientras que en Rivas Vaciamadrid, Alcorcón, Móstoles y Fuenlabrada se quedaron en tercera posición. Al margen de las elecciones autonómicas, tienen ocho ayuntamientos, entre los que destacan Valdemoro y Paracuellos de Jarama, y cogbiernan en 24, incluida la capital. Y de los 21 distritos de la ciudad de Madrid, en la que Cs logró 310.742 votos (el 19,21 por ciento) fue la fuerza más votada en dos (Barajas y Hortaleza) y quedo segundo en siete (Chamartín, Chamberí, Fuencarral-El Pardo, Moncloa-Aravaca, Retiro, Salamanca y San Blas). En el puesto número tres se situó en seis distritos (Ciudad Lineal, Moratalaz, Puente de Vallecas, Villa de Vallecas, Tetúan y Vicálvaro) y en otros seis en el cuarto lugar (Arganzuela, Carabanchel, Centro, Latina, Usera y Villaverde).

Desde este domingo, primer día de campaña, Bal está pidiendo el voto para el centro y haciendo encaje de bolillos para no perder apoyos por la derecha, que es donde sus electores se sienten más cómodos, e insistiendo en el mensaje de que es fundamental "reeditar el pacto con Ayuso".

Hay que seguir desarrollando las políticas naranjas "que tan buenos resultados estaban teniendo en Madrid" y completar en estos dos años lo que se ha quedado pendiente por la "irresponsabilidad" de la presidenta madrileña de convocar elecciones, justifican en una conversación con Efe fuentes de la formación. Esta será la idea durante toda la campaña: "gobernar al cincuenta por ciento y mantener alejado a Vox", cuentan, porque solo desde la centralidad se puede mantener "a raya a los extremos".

Los ataques dialécticos se los reservan sobre todo contra el PSOE y Podemos -en el centro izquierda no pueden ya arañar muchos votos-, distánciándose totalmente de un eventual respaldo a este bloque, aunque no aclaran si llegarían a algún acuerdo con Ángel Gabilondo en el caso de que solo necesitaran los votos naranjas para gobernar, algo que es bastante improbable.

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