A dos semanas de las elecciones

Dos socialistas cara a cara para elegir al candidato del PSOE-M contra Ayuso

A la espera de un debate oficial, el exalcalde de Soto y técnico de Hacienda, Juan Lobato, es el candidato favorito de Ferraz mientras que el alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala, lucha por aunar a la militancia. 

Ayala y Lobato
Dos socialistas cara a cara para elegir al candidato del PSOE-M contra Ayuso.
PSOE DE FUENLABRADA

La pugna por hacerse con el liderazgo del PSM afronta sus últimas semanas. El alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala, y el exalcalde de soto y diputado en la Asamblea de Madrid, Juan Lobato, apuran los días recorriendo barrios de la ciudad madrileña y visitando a los grupos socialistas de la CAM para hacerse con el favor de la militancia. Quedan dos semanas para las primarias de los socialistas en Madrid, que culminarán en el Congreso Regional a principios de noviembre, y terminará con la apuesta definitiva para hacer frente a Isabel Díaz Ayuso. El PSM necesita renovar un equipo maltrecho tras el 'descalabro' de Ángel Gábilondo el 4-M, que les colocó por detrás de Más Madrid al situarse como tercera fuerza en la autonomía. Ambos modelos aspiran a una reconversión profunda pero con 'acentos' muy distintos en sus prioridades. 

Juan Lobato, que fue cuarto en la lista de Ángel Gabilondo, cumple el perfil de Ferraz y tiene el apoyo del 'aparato'; le respaldan Pedro Sánchez, Rafael Simancas o el senador José Cepeda. Su modelo de fortalecimiento del partido con vistas a las elecciones municipales de 2023 se basa en "modernizar" la formación, mejorar su gestión y proponer un proyecto de futuro. Mientras Lobato pretende postularse como candidato a la CAM, Ayala aspira a hacer con la secretaría general para, luego, proponer "una candidata mujer" con "carácter". Por ahora, el exalcalde de Soto del Real ha 'ganado' a su rival en avales, ya que registró el doble de firmas que él para oficializar su candidatura. 

Juan Lobato con Padre Ángel
Juan Lobato con Padre Ángel esta semana.
Beatriz Jiménez

El joven candidato de Soto, que también es técnico de Hacienda, tiene claro cuales deben ser los ejes de inversión en caso de optar al liderazgo de la CAM: educación y sanidad. En una entrevista con La Información, Lobato critica la estrategia de construcción de centros educativos al haber "muchos colegios" que en vez de construirse una sola vez se construyen en dos o tres fases. Algo que acaba generando, en su opinión, una inversión mucho mayor que la inicial al alargar el proceso con gastos 'extras' en lugar de hacer una única aportación. "Es el caso del colegio Héroe 2 de mayo en Colmenar Viejo, que al final costará el doble", afirma. La promoción dentro del plan educativo de los conocimientos de robótica y programación en los centros públicos también son una apuesta clara en su programa. Argumenta que asegurar tres horas semanales de dichas asignaturas cubre a los que tienen menos recursos y les dota de "las máximas herramientas".

Así, más allá de hablar de políticas tributarias, Lobato pone énfasis en la distribución de la riqueza y la gestión financiera. En sanidad, defiende que se debe proteger el modelo de sanidad pública con garantías, algo que no se cumple al haber "citas oncológicas en 4 o 5 meses". "Financieramente cada euro invertido en prevención sanitaria es un ahorro de 8 euros en tratamiento sanitario", explica, y apunta al Zendal: "Podría convertirse en un centro de referencia de prevención, como el que hay en Atlanta diseñado para eso". Este requisito también lo expande a la anticipación de problemas de salud mental al ser un "segundo pilar" en dicha mejora de la sanidad pública en la CAM. Finalmente, Lobato argumenta que debe optimizarse el modelo de inversión pública dado el "potencial" de Madrid, y tener una "bandera" clara en lugar de "dejar" que las inversiones lleguen. En ese sentido, ampara la llegada de capital a sectores estratégicos como el de 'joint ventures' y modernizar elementos existentes como Aval Madrid.

Por su parte, Javier Ayala apunta a otro lado. Su intención es fortalecer el 'músculo' del PSOE dentro de la autonomía para unir a la militancia y poder construir un partido autónomo fuerte. Es por eso que el lema de su campaña es "sumar para gobernar": un himno que pretende volver a conectar con los movimiento sociales, las agrupaciones socialistas y la voz de la militancia para que tengan presencia. Solo así, defiende, puede haber un partido autonómico fuerte para las elecciones de 2023. Su proyecto "nítidamente de izquierdas y sin complejos" que busca y defiende que el secretario general tenga la cabeza en el partido en lugar de en la candidatura. Su pretexto hacia el PSOE-M es que está maltrecho y ha de rehacerse por lo que la candidatura solo tensaría aún más el partido. "Yo sumo así, y si soy secretario general garantizo unas primarias y el liderazgo de las mujeres", comentó esta semana en la sede autonómica del partido.

A la pregunta sobre la unión de la alcaldía y su posible cargo como secretario general, Ayala responde con un nombre: Juan Espadas. El político socialista complementa la alcaldía de Sevilla con la secretaría general del PSOE-A y es un ejemplo para el alcalde de Fuenlabrada, que quiere replicar el modelo en la CAM. Ayala se ha mostrado muy crítico con el seno del PSOE a lo largo de la campaña y ha dicho en varias ocasiones que ha habido intencionalidad para condicionar el voto de la militancia. "Me sorprendió mucho que algunos, antes de saber mi propuesta, ya se hubieran posicionado", ha recalcado en una rueda de prensa recogida por La Información. 

No tiene complejos en hablar del 'pulso' que supone su presencia con Lobato, por lo que está dispuesto al 'careo' en televisión.  Por último, Ayala no ha entrado en detalles de la hoja de ruta económica de su estrategia, puesto que, al ser preguntado por este medio sobre el asunto, ha especificado que eso solo se puede decir en caso de ser candidato y es presuntuoso hacerlo. "Entraremos en detalle en el Congreso una vez se decida el secretario, se debe escuchar a las bases". Sea como sea, aún faltan poco menos de 15 días y la disputa está reñida. La última palabra la tendrá la militancia.

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