Margallo llegó a temer que snowden pudiera bajarse del avión de evo morales en las palmas


El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, reveló hoy que cuando España concedió al avión del presidente boliviano Evo Morales permiso para sobrevolar su espacio aéreo y hacer escala en Las Palmas, llegó a temer que descendiera del mismo el filtrador de los programas de ciberespionaje de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense, Edward Snowden.
Lo hizo a preguntas de los periodistas en ‘Los desayunos de TVE’, en una intervención recogida por Servimedia en la que Margallo afirmó, por un lado, que los países europeos creyeron tener “datos ciertos” de que Snowden iba en el avión; por otro, que en cuanto Bolivia aseguró que no era así el Gobierno español le creyó; y, finalmente, contestó con un escueto pero elocuente “Afirmativo” a la pregunta de si llegó a verse ante la tesitura de que Snowden se bajara del aparato en Las Palmas.
Por lo demás, el ministro reiteró su versión de que España no pidió registrar el avión de Morales en Viena, cosa que no podría hacer por la inmunidad y la extraterritorialidad de los aviones presidenciales, y que el embajador español en Austria, Alberto Carnero, se limitó a asistir al presidente y a tratar de acelerar las gestiones para que el aparato pudiera despegar y hacer la escala pedida en Canarias.
Margallo insistió en que el permiso de sobrevuelo se concedió desde que el avión salió de Moscú, y explicó que fue la negativa de Francia a conceder el sobrevuelo de su espacio aéreo la que obligó al aparato a quedarse en Viena. Dijo que el canciller boliviano, Roque Choquehuanca, le llamó para pedirle que mediara ante París,pero que no hizo falta pues el Gobierno galo accedió inmediatamente a autorizar el sobrevuelo.
El ministro apeló al agradecimiento escrito por el propio Choquehuanca para refutar las críticas del presidente venezolano, Nicolás Maduro, al tratamiento dispensado por España a Morales, unas críticas que atribuyó a que las hizo “sin conocimiento de causa”.
Por ello, anunció que ha pedido al embajador español en Venezuela que le explique cómo habían sido los acontecimientos. Eso sí, afirmó taxativamente que “España no tiene que pedir disculpas” y que el resto de países involucrados tendrán que decidir cuál es su reacción.
Refugiándose en el secreto de sumario, Margallo no quiso aclarar si el Gobierno se había puesto en contacto con Estados Unidos para decidir qué hacer, si bien reconoció que los datos recibidos por los países europeos sobre que Snowden iba en el avión “eran claros”.
Además, comentó que se habría producido un conflicto importante si eso hubiera sido cierto, porque España tiene un tratado de extradición con Estados Unidos, un país con garantías jurídicas, y habría tenido que cumplirlo, independientemente de cuál sea el delito del que se acusa a Snowden.
Sobre el fondo de las revelaciones del exempleado de la CIA, el ministro afirmó que no le parece “normal que entre aliados nos espiemos”, pero confía en “separar las cosas” y que esto no influya en el tratado de libre comercio que negocia la UE con Estados Unidos, que sería a su juicio el más importante que ha firmado la primera en su historia, y que permitirá a la vez triangulaciones con Iberoamérica donde España tendría muchos intereses que jugar.

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