Marina turca afronta problema de liderazgo tras dimitir su segundo al mando

  • La dimisión del segundo mayor mando de la Marina turca -confirmada hoy por el Ejército- ha generado un problema de liderazgo ante la próxima jubilación del comandante en jefe de la Armada.

Estambul, 28 ene.- La dimisión del segundo mayor mando de la Marina turca -confirmada hoy por el Ejército- ha generado un problema de liderazgo ante la próxima jubilación del comandante en jefe de la Armada.

El almirante Nusret Güner, segundo al mando de las Fuerzas Navales turcas, ha dimitido en protesta por la detención de numerosos compañeros suyos, acusados de implicación en planes golpistas o redes de espionaje, según la prensa turca.

El gesto supone un revés para la Marina porque Güner era el único sucesor adecuado, por el rango, para el almirante Murat Bilgel, de 61 años, actual comandante en jefe de las Fuerzas Navales y cuyo retiro ya está previsto.

Además, sólo hay un vicealmirante que podrá ser promocionado, pero esto significará dejar sin cubrir los cargos inferiores.

Esta escasez de altos oficiales se debe a varios macrojuicios contra militares, dos por supuestos planes golpistas (los llamados casos Ergenekon) y uno por una red de prostitución con fines de espionaje.

En este último juicio hay 357 acusados, de ellos 88 detenidos, la gran mayoría militares, aparte de un hombre de negocios y una estudiante, que supuestamente habrían conspirado para tender trampas a los oficiales, filmarlos con prostitutas y luego exigir secretos militares a cambio de su silencio.

Güner protestó contra estas acusaciones al preguntar "¿Soy comandante de una red de espías?", según aseguran algunos diarios turcos.

Entre los militares que esperan juicio en la cárcel o han sido condenados hay 69 generales o almirantes en activo, lo que equivale al 19 % de todos los generales de las Fuerzas Armadas turcas, mientras que otros han pasado a la reserva por supuestos motivos políticos.

Aunque el público percibe los juicios contra altos oficiales como un pulso entre el Gobierno, moderadamente islamista, y el Ejército, defensor del laicismo, el propio primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, se ha quejado de los juicios y ha señalado que mantener encarcelados de forma preventiva a cientos de oficiales "destruye el espíritu de las Fuerzas Armadas".

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