Merkel pide más supervisión a la banca y advierte contra "sobrecarga" alemana

  • La canciller Angela Merkel abogó hoy por una supervisión independiente de la banca, al tiempo que pedía no sobrevalorar la fortaleza de Alemania frente a la crisis de la zona euro.

Gemma Casadevall

Berlín, 14 jun.- La canciller Angela Merkel abogó hoy por una supervisión independiente de la banca, al tiempo que pedía no sobrevalorar la fortaleza de Alemania frente a la crisis de la zona euro.

"La fortaleza de Alemania no es infinita. Las fuerzas de Alemania no son ilimitadas", advirtió la canciller, en una declaración de Gobierno ante el Bundestag (Parlamento federal) de cara a la cumbre del G20 de México, para hacer hincapié en la disposición del país a "ayudar", pero no a cualquier precio.

El gobierno español de Mariano Rajoy tomó el camino "correcto", ratificó Merkel, con su decisión de recurrir a la ayuda para la recapitalización de la banca, pero hay que "aprender del pasado" para subsanar los errores cometidos.

"Es preciso una supervisión independiente", afirmó la canciller, ya que el actual sistema es "demasiado dependiente de los reguladores nacionales", añadió, para abogar por un papel más activo también del Banco Central Europeo (BCE).

Alemania, como el resto de Europa, dieron una respuesta "solidaria" ante la necesidad de estabilizar a la banca española, cuya situación actual se debe, según la canciller, a comportamientos "irresponsables durante años" relacionados con la "burbuja" inmobiliaria.

La crisis de la deuda en la zona euro será el tema prioritario de cumbre del Grupo de los Veinte (G20), los días 18 y 19 de junio, recordó Merkel, quien defenderá en Los Cabos (México), la necesidad de reforzar el Fondo Monetario Internacional (FMI) y de derribar "obstáculos proteccionistas" al comercio mundial.

La jefa del Gobierno alemán aprovechó su intervención ante el Bundestag para insistir en su conocido rechazo a la emisión de eurobonos -por encima de las presiones de algunos de sus socios de la UE en sentido contrario- o cualquier otra fórmula de colectivización de la deuda, ya que sería "absolutamente contraproducente".

"No hay que optar siempre por la fórmula que parece más rápida, sino por la mejor", indicó la canciller, para pedir a continuación "no sobrevalorar las fuerzas de Alemania".

"Alemania está ahí, es el motor económico y responderá en favor del bienestar común de todos, al servicio de todos", enfatizó Merkel, pero sus capacidades de actuación "no son ilimitadas", precisó.

"Los ojos (del G20) están fijados en Europa y en Alemania", dijo, pero no hay que sobrevalorar sus fuerzas, por mucho que se espere de la primera economía de la UE un "papel clave" en la resolución de la crisis.

"No queremos programas de crecimiento financiados a base de más endeudamiento", dijo la canciller, ante la cumbre de México, inmediatamente después de las elecciones en Grecia, cuyo resultado se considera crucial para la permanencia de ese país en la zona euro.

La declaración de Merkel fue seguida de duros ataques por parte de la oposición socialdemócrata, verde y de la izquierda, que criticaron de nuevo la línea de la canciller, por preconizar la austeridad como prioritaria frente a los impulsos al crecimiento.

Merkel abandonó el hemiciclo poco después de su intervención, sin esperar al final del debate, puesto que para esta tarde tiene prevista una ronda negociadora con los representantes de "Länder" para posibilitar la ratificación en el Bundesrat (Senado) del pacto fiscal europeo, puntal de la vía de austeridad.

La canciller mantuvo ya ayer otra reunión preparatoria, en ese caso con los líderes de los grupos parlamentarios socialdemócrata y verdes, también para consensuar la aprobación del pacto.

La oposición condiciona su respaldo parlamentario -que Merkel precisa, puesto que para su ratificación es preciso el apoyo de dos tercios de las cámaras baja y alta (Bundestag y Bundesrat)- a la implantación de un impuesto a la transacciones financieras.

La votación del pacto fiscal está vinculada en Alemania a la del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) o fondo de rescate permanente, que deberá entrar en funcionamiento en julio, para lo cual es preciso lograr su ratificación antes de que finalice este mes de junio.

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