Miles de policías se enfrentan al presidente Morales por sueldos iguales a los de las Fuerzas Armadas en Bolivia

  • El Gobierno que preside Evo Morales y los delegados de miles de policías de bajo rango que están amotinados desde el jueves pasado mantienen hoy negociaciones para intentar frenar la ola de violencia desatada por el enfrentamiento.

El Gobierno de Morales y los policías amotinados reanudan las negociaciones
El Gobierno de Morales y los policías amotinados reanudan las negociaciones
Agencias

El Gobierno que preside Evo Morales y los delegados de miles de policías de bajo rango que están amotinados desde el jueves pasado, han reanudado esta madrugada las negociaciones en La Paz, tras fracasar el fin de semana un primer acuerdo.

Los policías exigen que la escala salarial de la Policía Nacional se nivele con la de las Fuerzas Armadas, porque a rangos iguales los militares ganan el doble que ellos, pero el Gobierno hasta ahora solo ha ofrecido ajustes mínimos. Los agentes rasos ganan ahora solo 178 dólares al mes.

El salario mínimo de Bolivia, uno de los países más pobres de América, es de 144 dólares mensuales y el sueldo medio apenas pasa de 546, según cifras de 2011. Los sublevados también demandan una jubilación con el 100 % del salario, el fin de la Ley de Régimen Disciplinario, que según ellos los deja indefensos, y la creación de una defensoría policial.

Los policías mostraron ayer su fuerza a las puertas del Palacio de Gobierno ante el que desfilaron con disparos al aire y se enfrentaron con partidarios del presidente Evo Morales convocados para rechazar un supuesto golpe de Estado.

La tropa, los cabos y sargentos manifestados tomaron las cuatro calles de la plaza Murillo, donde están el Palacio presidencial, el Parlamento y la Cancillería, y corearon consignas contra el mandatario, provocando una ola de violencia y enfrentamientos.

Grupos fieles al Gobierno, sobre todo de indígenas aimaras como el mandatario, la misma etnia de origen de la mayoría de los policías amotinados,  intentaron acercarse al Palacio para apoyar a Morales, pero fueron agredidos y echados del lugar violentamente por los agentes.

En los incidentes, los policías dispersaron a los partidarios del Gobierno con gases lacrimógenos y quemaron una bandera indígena y un poncho frente al Palacio.

Los grupos sociales comenzaron sus movilizaciones en La Paz y en la ciudad central de Cochabamba para defender a Morales, después de que éste acusara a la derecha y a los agentes de gestar un golpe de Estado en su contra.

Los amotinados y la oposición han rechazado de plano las acusaciones de conspiración, que son recurrentes cuando el gobernante afronta conflictos sociales.

La tensión se mantiene en el resto del país, en particular en Cochabamba y la ciudad oriental de Santa Cruz, donde los agentes tomaron ayer los comandos regionales.

Los medios oficiales han detallado hoy que el diálogo se reanudó poco antes de la pasada medianoche en el viceministerio de Régimen Interior y se prolongó hasta el amanecer, cuando se acordó una pausa para que ambas partes hicieran consultas.

El viceministro del ramo, Jorge Pérez, ha dicho que "se avanzó" en el estudio de las demandas de los agentes, cabos y sargentos, pero no dio detalles.

"No quiero entorpecer (las negociaciones). Esperamos la reflexión y (que) en el transcurso de hoy se resuelva este conflicto, para que vuelva la tranquilidad", dijo Pérez a la prensa.

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