Muere Gallinari, exdirigente de las Brigadas Rojas y carcelero de Aldo Moro

Roma, 14 ene.- El exdirigente de la organización terrorista italiana Brigadas Rojas Próspero Gallinari falleció hoy a los 62 años en la ciudad septentrional de Reggio Emilia, donde cumplía en arresto domiciliario la condena a cadena perpetua por el secuestro y posterior asesinato del estadista democristiano Aldo Moro, en 1978.

Según informó la policía, Gallinari fue encontrado muerto en el garaje del edificio donde vivía en las afueras de Reggio Emilia, tras sufrir, presumiblemente, un infarto.

El exmiembro de las Brigadas Rojas (BR) fue hallado a primeras horas de esta mañana en su coche en una rampa del aparcamiento por un vecino, quien dio la alarma.

Trasladado a un hospital, los médicos sólo pudieron certificar su muerte.

Gallinari fue uno de los carceleros del dirigente democristiano italiano -al que vigiló durante los 55 días que permaneció secuestrado Moro en la casa romana de Via Montalcini antes de ser asesinado- y estaba considerado el autor del disparo que acabó con la vida del político, hasta que el "brigadista" Mario Moretti asumió esa responsabilidad en 1993.

Aldo Moro fue secuestrado el 16 de marzo de 1978 y su cadáver fue encontrado el 9 de mayo dentro de un coche aparcado en una calle de Roma, entre las sedes de las por entonces Democracia Cristiana y del Partido Comunista Italiano (PCI).

Nacido en Reggio Emilia en 1951, Gallinari entró en las Brigadas Rojas en 1973.

Participó en el secuestro de juez Mario Sossi en 1974 y poco después fue detenido.

En 1976 se evadió de la cárcel de Treviso (noreste de Italia) y en 1979 fue de nuevo capturado, acusado de ser uno de los cuatro miembros de las BR que mataron a los cinco escoltas de Moro.

Fue detenido en Roma el 24 de septiembre de ese año, tras un tiroteo con la policía en el que resultó gravemente herido en la cabeza.

Gallinari contrajo matrimonio en la cárcel en 1981 con Anna Laura Braghetti, que formaba parte también del comando terrorista responsable del cautiverio y asesinato de Moro, y en 1988 firmó junto a otros detenidos un documento en el que se daba por terminada "la lucha armada contra el Estado".

El exdirigente terrorista sufrió en aquellos años varias crisis cardiacas, que le obligaron a llevar un marcapasos.

En 1994 fue excarcelado y puesto en arresto domiciliario, pero podía salir varias horas al día para trabajar como chófer en una empresa de Reggio Emilia.

Tras conocer su muerte, el abogado general del Estado ante el Tribunal de Apelación de Roma y experto en el terrorismo de las Brigadas Roja, Antonio Marini, dijo que ha fallecido "un duro, un auténtico irreducible de las BR".

"Durante años llevó el peso de ser el asesino de Moro y, cuando Moretti confirmó que había sido él, Gallinari no hizo ninguna manifestación, mantuvo el mismo comportamiento, jamás habló y jamás lo habría hecho", afirmó Marini.

El exsenador Giovanni Pellegrino, que fue presidente de la comisión parlamentaria sobre actos terroristas, manifestó que con la muerte de Gallinari se aleja la posibilidad de conocer con claridad cómo fueron los últimos días de Moro.