Netanyahu preside último Consejo de Ministros sin ultra-ortodoxos del Shas

  • El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, presidió hoy la última reunión del actual consejo de ministros sin los miembros del partido ultra-ortodoxo Shas, que mostraron así su rechazo a no integrar el nuevo gabinete.

Daniela Brik

Jerusalén, 10 mar.- El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, presidió hoy la última reunión del actual consejo de ministros sin los miembros del partido ultra-ortodoxo Shas, que mostraron así su rechazo a no integrar el nuevo gabinete.

La decisión de los cuatro ministros de la formación sefardí, Eli Yishai, Ariel Atias, Yakov Marqi y Meshulam Nahari, de no sentarse en el que con toda probabilidad ha sido el último consejo ministerial del Ejecutivo número 32 de Israel, es más que sintomática de la situación actual y de cuál será el panorama para el futuro gobierno: Los ultra-ortodoxos en la oposición.

Y es que a una semana de que venza el plazo del que disponía, Netanyahu está a punto de cerrar su próximo ejecutivo que por primera vez en muchos años no contará con estos partidos también conocidos como "jaredim", otrora formaciones bisagra.

El primer ministro podría dar a conocer la composición de su gabinete el próximo martes, tras recibir el visto bueno del Parlamento (Kneset), según informó hoy la radio pública israelí.

Después de obtener dos semanas de prórroga para formar gobierno al no haber podido hacerlo en el plazo de 28 días previsto por ley, Netanyahu ha logrado meter cuña entre los partidos Yesh Atid y Habait Hayeudí -que habían pactado no el uno sin el otro- y aparentemente contentado a sus dirigentes con el reparto de carteras.

Los avances se producen después de que el primer ministro se reuniera en la noche del sábado con los líderes de ambas formaciones para una ronda de maratonianas conversaciones en las que se han producido "avances significativos", destacan los medios.

Así, y tras insistir durante semanas en ostentar la cartera de Exteriores, el líder del centrista Yesh Atid, el experiodista Yair Lapid, parece haber tirado la toalla y resignarse con la de Finanzas, dijeron fuentes de su formación.

Por su parte, el dirigente del partido ultra-derechista Habait Hayeudí, Naftalí Bennett, se postula como el próximo titular del Ministerio de Industria, Comercio y Trabajo.

La alianza entre Lapid y Bennett (19 y 12 diputados respectivamente) se resume en el interés mutuo por que haya un reparto equitativo de las obligaciones ciudadanas, lo que se traduce en el reclutamiento de los "jaredim" en el servicio militar, obligatorio para el resto de la población, o en su defecto, en uno social sustitutorio.

Esta "extraña pareja" constituida por el hijo de un afamado periodista que hizo del anticlericalismo su bandera (Lapid), y por el flamante líder del nacionalismo religioso que representa al electorado colono, ha dejado fuera de juego a los aliados tradicionales de Netanayahu que son los ultra-ortodoxos.

Con todo, el primer ministro conserva de momento para el excanciller y compañero de filas Avigdor Lieberman, la cartera de Exteriores hasta que concluya su juicio por fraude.

Y parece hacer lo mismo con Educación, que pretende reservar para el actual titular, Guideón Saar, pese a que Yesh Atid también tenía la vista puesta en ese Ministerio.

Se espera que la futura coalición de gobierno esté integrada por entre 23 y 24 ministros, de los cuales doce serían de la plataforma Likud Beitenu liderada por el binomio Netanyahu-Lieberman; cinco o seis de Yesh Atid, cuatro para Habait Hayeudí, dos de Hatnuá y uno de Kadima, estas dos últimas formaciones de centro.

Hatnuá, de la exministra de Exteriores Tzipi Livni y con sólo seis escaños, fue la primera en firmar un acuerdo de coalición.

Con ella, y con los dos diputados del partido Kadima, Netanyahu alcanzará la mayoría absoluta con el apoyo de 70 de los 120 diputados de la Kneset (parlamento).

Ante el Consejo de Ministros y en tono de despedida Netanyahu dijo que el gobierno que concluye sus días ha hecho "a Israel más seguro, más próspero y avanzado en todas las cuestiones con las que hemos lidiado".

"Seguimos teniendo grandes retos frente a nosotros, reducir el coste de la vida y la vivienda, igualar la distribución de las obligaciones (guiño a sus nuevos socios), y por encima de todo, los inmensos retos en materia de seguridad", enumeró el primer ministro.

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