Ni la depresión ni el maltrato exculparían a Porto si hubiera matado a su hija Asunta

    • Las acusaciones han llamado a peritos para intentar poner sentido a la contaminación con semen de una prueba, algo que la Guardia Civil se empeña en negar.
    • Aunque en su declaración ante el jurado no lo quiso declarar, la acusada reconoció a los peritos episodios de violencia física protagonizados por Basterra.
Fotograma de vídeo de Rosario Porto durante su declaración en el juicio por el crimen de Asunta
Fotograma de vídeo de Rosario Porto durante su declaración en el juicio por el crimen de Asunta

Este lunes han declarado en los juzgados de Santiago de Compostela varios peritos forenses que examinaron a Rosario Porto, la mujer acusada del asesinato de su hija adoptiva Asunta, cuyo cadáver fue hallado en la pista forestal de Feros el 22 de septiembre de 2013.

Los psicólogos forenses que la examinaron aseguraron que ella declaró haber sufrido varios episodios de violencia física por parte de Alfonso Basterra durante su matrimonio. Basterra, su exmarido, es el otro acusado por el crimen de la menor.

Según Rosario Porto sufría agresiones de violencia de género a razón de "tres o cuatro por año", tal y como detallaron los peritos en la documentación del estudio psicológico, que abarcó cuatro sesiones.

Además, la abogada para la que piden 20 años de cárcel, aseguró en esas sesiones que ha sufrido cinco episodios de depresión en su vida, siendo el primero cuando tenía 21 años. Por el contrario, los peritos sólo pudieron obtener documentación médica del cuarto y quinto episodio depresivo.Intento de suicidio

El penúltimo episodio depresivo documentado de Rosario Porto tuvo lugar en el año 2009, cuando estuvo ingresada durante unos días en un centro psiquiátrico privado. Poco antes, en 2008, la acusada había intentado quitarse la vida mediante la ingestión de fármacos.

Con posterioridad a esta fecha, el otro episodio depresivo del que existe constancia se registró a finales del verano de 2013, cuando Porto fue tratada por una depresión entre el 30 de julio y el 18 de septiembre de ese año.

Los peritos han señalado ante el jurado que el médico que trató a Porto observó en su última consulta, el 18 de septiembre, que había una "mejoría clínica significativa". También han destacado que entre episodios la recuperación fue total y que la acusada no necesitó "dosis de mantenimiento" de su tratamiento.

Sobre su exmarido, Alfonso Basterra, Rosario Porto mantuvo durante las sesiones del peritaje una actitud cambiante. Así, en un principio lo definió como una persona "correcta", "encantadora" y "educada", mientras que en sesiones posteriores dijo que era "apático, raro, imprevisible y excesivamente puritano", algo que los peritos vincularon al ámbito sexual.

Finalmente, Porto aseguró a los forenses que Basterra era "un muy buen amigo y un mal marido y reconoció que la idea de adoptar a Asunta fue "más cosa de ella y de los padres" que de su exmarido, que creía que "no era necesario".

Del mismo modo, aunque en su declaración ante el jurado no lo quiso declarar, la acusada reconoció a los peritos episodios de violencia física protagonizados por Basterra, especialmente después de un "grave deterioro de sus relaciones" en torno a 2007.

Tras tener conocimiento de una relación extramatrimonial por parte de Rosario Porto y de divorciarse, la acusada recordó una mejora de las relaciones tras su ingreso hospitalario en el mes de junio de 2013, que generó "sentimientos ambivalentes" en relación a Alfonso. A finales de agosto de ese año, el acusado le propuso retomar la convivencia, pero ella lo rechazó.

También se habló durante la pericial del día 20 de septiembre de ese año, cuando, según la versión de Porto, retomó el contacto con su amante y se fue a pasar toda la jornada con él en Vilanova. Ese día, contó, recibió "muchas llamadas" de su exmarido, al que dio excusas sobre su situación.No anula su responsabilidad

La pericial concluyó que Rosario Porto padece un "trastorno depresivo recurrente", pero su sintomatología no es tan extensa como para no ser conocedora y responsable de sus actos.

En la prueba de personalidad evidenció "picos de ansiedad", rasgos "obsesivos-compulsivos", problemas de "control de sus emociones" y "quejas somáticas". Al tiempo, expresó preocupación por "ser una buena madre" y "sentimientos de sobrecarga" en relación a su hija vinculados a la depresión.

En la jornada de este lunes se ha vuelto a debatir sobre el positivo por semen detectado en la camiseta de la niña y sobre la posibilidad de que éste se debiese a una contaminación en los laboratorios de la Guardia Civil en Madrid.

En concreto, han comparecido dos peritos a petición de la acusación popular que se han mostrado partidarios de que la contaminación se produjo en este laboratorio y fue causada por las tijeras que se emplearon para cortar la camiseta y que también fueron utilizadas para analizar un preservativo que contenía el mismo semen que después se halló en la prenda.

Entre otras cuestiones, los peritos han recordado que se empleó para ambas pruebas el mismo material y fueron realizadas por la misma persona, al tiempo que han incidido en que la muestra de semen que disponía el laboratorio era "altamente contaminante".

De forma paralela, han explicado que los restos recogidos en la piel de la niña en contacto con esta zona de la camiseta no registran semen, han apuntado que otro recorte de la camiseta se contaminó con ADN de uno de los investigadores de este laboratorio y han señalado que, aunque se encuentra semen en dos fragmentos, no así en los contiguos.

También en esta sesión ha comparecido un técnico que analizó las fotografías colgadas en el Facebook de la hermana del hombre cuyo perfil genético coincide con el hallado en la camiseta y que ha certificado que aparentemente no existe ninguna modificación en las fechas. Por ello, el perito considera que las imágenes de la cena fueron sacadas y colgadas en la red social el 21 de septiembre de 2013.

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