Madrid, 28 mar.- El niño de 11 años liberado el pasado lunes en Bolivia por la Policía tras ser víctima de un secuestro junto a su hermano, un bebé de tres meses, pasó por cuatro manos durante su rapto y ambos corrieron el riesgo de ser cambiados por dinero en un país con un alto índice de trafico de menores y de órganos.
En una rueda de prensa en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, los dos policías de la Sección de Secuestros y Extorsiones que han acompañado hoy al menor en su viaje de vuelta a España, han destacado que el móvil del secuestro era económico y que podía ser obtenido por la familia o por otros medios.
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