Obama pide a estadounidenses a no sucumbir al miedo en último discurso ante el Congreso

  • El presidente Barack Obama pronunciará este martes su último discurso sobre el estado de la Unión en el Congreso, con un llamado a los estadounidenses a no sucumbir al miedo en un periodo de "cambios extraordinarios".

En una referencia velada a los opositores republicanos que esperan sucederlo en la Casa Blanca en 2017, el presidente demócrata debía, ante el pleno del Congreso, insistir en la necesidad de adaptación ante los cambios, sin temerlos.

"Estados Unidos ya ha pasado por cambios importantes en el pasado -guerras y recesiones, el flujo de inmigrantes, luchas sindicales y de los derechos civiles", dirá Obama según extractos de su discurso difundidos por el Ejecutivo.

"Cada vez hubo aquellos que nos dijeron que debemos tener miedo del futuro. Y cada vez hemos superado esos miedos", debe decir el mandatario.

Este tradicional discurso será para el presidente número 44 de Estados Unidos la última ocasión de dirigirse a sus ciudadanos en horario de máxima audiencia antes de que Washington y el resto del país entren por completo en modo electoral el 1 de febrero con el inicio de las primarias presidenciales de demócratas y republicanos en Iowa.

Tres candidatos republicanos a suceder a Obama, actuales senadores, estarán presentes en el hemiciclo: Marco Rubio (Florida), Ted Cruz (Texas) y Rand Paul (Kentucky).

El discurso también podría servir para subrayar los asuntos que marcan el alma del país: partidismo político, raza, derechos, justicia y el rol de Estados Unidos en el mundo.

"Mucho de lo que podemos hacer es cambiar el clima político y cambiar la actitud de las personas", dijo en un mensaje previo Obama, recordando los lemas de "Cambio" y "Esperanza" que lo impulsaron a la Casa Blanca hace ocho años.

Se espera que el discurso presidencial verse sobre la recuperación de la economía y el camino andado desde que asumió el cargo en enero de 2009, en medio de la peor crisis desde la década de 1930.

La fortaleza del mercado de automóviles de Estados Unidos o las cifras de creación de empleo en diciembre, que superaron ampliamente las previsiones de los analistas, le vendrán como anillo al dedo (el desempleo está en 5%, el más bajo en siete años).

A 12 meses de su salida, la presidencia de Obama divide a los estadounidenses: según una encuesta de CBS/NYT, un 46% aprueba su gestión en la Casa Blanca y 47% la rechaza.

En el tiempo que le queda y frente a un Congreso dominado por los Republicanos, ¿debe resignarse Obama a un papel de cuasi espectador?

El presidente asegura que siempre tiene "el pie a fondo en el acelerador" y recuerda que ya le habían vaticinado ese destino tras la bofetada recibida por los demócratas en las legislativas de noviembre de 2014.

Desde entonces, señala, sumó una serie de logros en casos emblemáticos: el acuerdo sobre el programa nuclear iraní, el libre comercio Asia-Pacífico (TPP) y el cambio climático, con el acuerdo de París en diciembre.

El asunto se anuncia más complicado en el frente de la lucha contra el grupo Estado Islámico, sobre la que según los sondeos la mayoría de los estadounidenses no está convencido de la estrategia de Obama.

El mandatario debería poner además en primer plano una vieja promesa de campaña que hasta ahora no ha podido cumplir: cerrar la prisión de Guantánamo. Mantenerla abierta, ha sostenido, "debilita la seguridad nacional" de Estados Unidos al destinarle enormes recursos financieros y a la vez dar una herramienta de propaganda a los yihadistas.

El presidente se comprometió a presentarle al Congreso un plan pronto. Pero es probable que choque contra un muro. Porque sin el apoyo de los congresistas, los juristas se dividen sobre si el presidente cuenta con la autoridad legal para trasladar a los detenidos a territorio estadounidense.

El discurso sobre el Estado de la Unión es también una cuestión de símbolos: un refugiado sirio que huyó de los bombardeos del régimen de Bashar al Asad será uno de los invitados de honor en el palco de la primera dama, Michelle Obama.

También habrá un asiento vacío para honrar a todos los estadounidenses muertos por armas de fuego (más de 30.000 por año). Decidido a regular mejor la venta de armas, Obama anunció recientemente una serie de medidas saltándose al Congreso.

Un joven mexicano que vivió de manera clandestina y luego logró la ciudadanía estadounidense tras alistarse en el Ejército fue también invitado por la primera dama.

Para hacer llegar mejor sus mensajes, que dará en el Capitolio siguiendo un antiguo y rigurosamente calibrado ritual, la Casa Blanca amplió su arsenal en las redes sociales. Creó una cuenta de Snapchat para tratar de captar la atención de sus jóvenes y entusiastas usuarios (más de 100 millones activos diariamente).

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