Obama presionará por la paz en Oriente Medio a Netanyahu, preocupado por Irán

  • El presidente de EEUU, Barack Obama, y su homólogo israelí, Benjamín Netanyahu, se reunirán el lunes en la Casa Blanca con distintas prioridades: el primero busca presionar por un acuerdo palestino-israelí, mientras que el segundo quiere centrar el encuentro en su malestar por el acuerdo nuclear con Irán.

Cristina García Casado

Washington, 2 mar.- El presidente de EEUU, Barack Obama, y su homólogo israelí, Benjamín Netanyahu, se reunirán el lunes en la Casa Blanca con distintas prioridades: el primero busca presionar por un acuerdo palestino-israelí, mientras que el segundo quiere centrar el encuentro en su malestar por el acuerdo nuclear con Irán.

Con esta reunión, y con la que mantendrá dos semanas después también en Washington con el titular de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, Obama vuelve al primer plano en la mediación del conflicto palestino-israelí, un asunto que en lo que va de su segundo mandato ha dejado que dirija el secretario de Estado, John Kerry.

El jefe de la diplomacia estadounidense, con más de una docena de visitas a la región en los últimos meses e incontables reuniones con gobernantes de ambas partes, ha hecho de este conflicto una prioridad y su papel fue decisivo para que Israel y Palestina retomaran las conversaciones de paz en julio del año pasado.

Obama tratará el lunes de dar un impulso definitivo al acuerdo de paz que ambas partes negocian desde entonces y para el que Kerry había establecido en principio un plazo máximo de nueve meses que concluía este abril.

No obstante, el insuficiente avance en las negociaciones ha obligado a Estados Unidos a ampliar el plazo hasta finales de este año, y lo que tratará de presentarse en abril es un acuerdo marco que tenga el visto bueno de las dos partes y sirva para encaminar las siguientes negociaciones.

Es este acuerdo marco, en el que trabaja Kerry y que aún no se ha hecho público, sobre el que Obama buscará la aprobación de Netanyahu en su conversación del lunes en la Casa Blanca, su primer encuentro desde el mes de septiembre, cuando se vieron también en Washington.

Queda por ver si el acuerdo marco concretará salidas a los aspectos más espinosos del conflicto o, en cambio, dejará abierta la resolución de estos temas para siguientes negociaciones.

Estos controvertidos asuntos son, entre otros, las fronteras del futuro Estado palestino, la seguridad en Israel, el retorno de los refugiados, el estatus de Jerusalén, y el reconocimiento de la naturaleza judía del Estado de Israel.

La determinación de Obama por que la reunión suponga un punto de inflexión en el proceso de paz en Oriente Medio choca con la agenda de prioridades de Netanyahu, que quiere que su visita sirva para influir en Washington sobre el acuerdo nuclear con Irán, que ha enfriado las relaciones entre Estados Unidos e Israel, aliados históricos.

La apertura a Irán le ha valido a la administración Obama numerosas críticas desde Israel, cuyo primer ministro ha llegado a calificar el acuerdo negociado como "un pacto de ensueño" para Teherán.

Israel considera el programa nuclear de Irán una amenaza global porque, asegura, su fin es obtener el arma atómica.

El Grupo 5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China) alcanzó el pasado 24 de noviembre un acuerdo preliminar con Irán en virtud del cual el Gobierno iraní se compromete a congelar los aspectos más polémicos de su programa nuclear a cambio de un alivio moderado del régimen internacional de sanciones.

El Gobierno de Obama ha encontrado dificultades a la hora de persuadir al Congreso de EEUU, y desde hace meses trata de convencer a republicanos y demócratas en el Senado de que no aprueben un proyecto de ley bipartidista que impondría nuevas sanciones a Irán en caso de que fracasen las negociaciones, una iniciativa que, de salir adelante, ya ha advertido que vetará.

Irán no ha sido el único foco de tensión entre Estados Unidos e Israel en los últimos meses, en los que miembros del Gobierno de Netanyahu han lanzado duros reproches contra Kerry.

El ministro de Economía israelí, Naftali Bennett, y el de Defensa, Moshe Ya'alon, entre otros responsables, atacaron al jefe de la diplomacia estadounidense a principios de febrero, después de que éste advirtiera a Israel de que debía preocuparse por la posible campaña de boicot en su contra en caso de que fracasen las negociaciones de paz.

El tono de las críticas de estos miembros del Ejecutivo israelí fue tal que Kerry se vio obligado a telefonear a Netanyahu para reiterarle su rechazo "incondicional" a las campañas de boicot y explicarle que se habían "distorsionado" sus palabras.

La visita de Netanyahu a Washington, donde también se reunirá con el propio Kerry y con legisladores de ambos partidos, podría servir para limar algunas de las asperezas de los últimos meses y volver a subrayar la larga y sólida relación de Estados Unidos e Israel como fieles aliados internacionales.

Como en otras ocasiones, la visita a la Casa Blanca del líder israelí coincide con la reunión anual del AIPAC, acrónimo de Comité Americano-Israelí de Actividades Políticas, considerado el principal grupo de presión judío en Washington a favor de Israel.

En esta ocasión no será el presidente de Estados Unidos quien pronuncie un discurso en este foro. En su lugar lo harán el secretario de Estado, John Kerry, y el secretario del Tesoro, Jack Lew.

Mostrar comentarios