Naciones Unidas, 19 ago.- La ONU rindió hoy un emotivo homenaje a 22 de sus miembros muertos en el atentado contra la sede del organismo en Bagdad en 2003, entre los que figuraba el enviado especial de Naciones Unidas a Irak, el brasileño Sergio Vieira de Mello.
Un camión bomba conducido por un terrorista suicida destruyó el hotel Canal, donde estaba la sede de la misión de Naciones Unidas en Irak, y por ello el organismo conmemora el 19 de agosto como el Día Internacional Humanitario.
Vieira de Mello, un diplomático brasileño que había sido Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos, murió junto a otros 21 miembros de la misión, entre ellos un español, el capitán de navío Manuel Martín-Oar.
El atentado fue "el peor ataque terrorista jamás sufrido por Naciones Unidas", recordó en su intervención el secretario general, Ban Ki-moon, quien volvió a pedir que los autores sean llevados ante la justicia.
Ban señaló que "siempre ha habido peligros en nuestras misiones de paz", pero reconoció que ahora "los ataques son más sofisticados, más atrevidos y mejor armados".
Para ello, Naciones Unidas está mejorando la seguridad de sus misiones, mejorando la formación de su personal y trabajando con los servicios médicos en los lugares en los que opera.
A la ceremonia asistieron familiares de los fallecidos, así como algunos supervivientes del atentado. Ban y otros responsables de instituciones de Naciones Unidas depositaron una corona de flores, se leyeron los nombres de las víctimas mortales y se proyectaron vídeos y fotografías con ellos.
La presidenta de turno del Consejo de Seguridad, la embajadora argentina María Cristina Perceval, afirmó en su intervención que, a pesar de los diez años pasados, el atentado "todavía nos afecta".
Perceval recordó que otros miembros de personal de Naciones Unidas mueren de forma periódica en distintas misiones por todo el mundo, por lo que la organización debe "decir adiós a gente ejemplar, víctimas de ataques terroristas, accidentes o catástrofes humanitarias, mientras ayudan a los necesitados de todo el mundo".
Por ello, la embajadora señaló la "gratitud y aprecio por los que dieron su vida por un mundo mejor y más seguro" e insistió en "la obligación de respetar la independencia e integridad del personal de la ONU".
El día más trágico para el personal de Naciones Unidas en el exterior es el terremoto que sufrió Haití el 12 de enero de 2010, en el murieron 102 miembros de su misión en el país caribeño, así como unos 300.000 haitianos, según cifras oficiales de las autoridades.
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