Oposición no logra calentar campaña a un mes de elecciones presidenciales

  • A un mes de los comicios presidenciales del 23 de octubre, la oposición argentina no ha logrado calentar la campaña electoral que culminará, según todas las encuestas, en el contundente triunfo del oficialismo encabezado por la presidenta Cristina Fernández.

Mar Marín

Buenos Aires, 23 sep.- A un mes de los comicios presidenciales del 23 de octubre, la oposición argentina no ha logrado calentar la campaña electoral que culminará, según todas las encuestas, en el contundente triunfo del oficialismo encabezado por la presidenta Cristina Fernández.

"No ha habido ningún cambio objetivo" que impida que Fernández se mantenga en el entorno del 50 por ciento que logró en las elecciones primarias celebradas el pasado agosto, asegura el analista Fabián Perechodnik, de la consultora Poliarquía.

La única incógnita de esta convocatoria, apunta este experto en una entrevista con Efe, son los restos que se repartirá la oposición.

Una oposición fragmentada y debilitada, que, continúa Perechodnik, no ha sido capaz de mostrarse como alternativa al oficialismo y ofrecer una propuesta ilusionante.

En un contexto económico favorable en medio de la crisis mundial, con buenas perspectivas de crecimiento y con una oposición dividida, era de esperar que los ciudadanos apostaran por la continuidad, opina por su parte el analista Rosendo Fraga, del Centro de Estudios Nueva Mayoría.

El pasado 14 de agosto, en las primeras elecciones primarias con voto obligatorio de la historia argentina, la fórmula oficialista de Fernández consiguió el 50,2 por ciento, casi 38 puntos sobre el siguiente candidato más votado: el radical Ricardo Alfonsín, que se quedó con un 12,2 por ciento, apenas una décima por encima de la Alianza Popular encabeza por el expresidente Eduardo Duhalde.

La Alianza del Frente Amplio Progresista del socialista Hermes Binner, gobernador de la provincia de Santa Fe, alcanzó el 10,2 por ciento de los votos; el Compromiso Federal de Alberto Rodríguez Saá el 8,1 y la Coalición Cívica de Elisa Carrió un 3,2 por ciento.

La gran sorpresa fue el Frente de Izquierda liderado por José Saúl Wermus, que se presentó con el sobrenombre de Jorge Altamira, y logró un 2,48 por ciento, en un singular "milagro" posible gracias a las simpatías que despertó el candidato entre los aficionados en las redes sociales.

Ante la contundencia de las cifras, no es de extrañar que el oficialismo haya optado por tomarse la campaña con tranquilidad y todavía ni siquiera haya anunciado el calendario de actos electorales en los que participará la presidenta.

La oposición, una vez más, ha elegido las más dispares estrategias.

Binner estrenó la primavera repartiendo flores en las calles de Buenos Aires y reunió a más de 3.000 simpatizantes el jueves por la noche en la presentación oficial de su programa, en un popular teatro porteño.

Tras el varapalo de las primarias, el radical Ricardo Alfonsín ha rebajado el tono triunfalista de sus intervenciones públicas y ha elegido una estrategia progresiva para presentar sus propuestas: por temas y dos veces por semana. Una fórmula que, hasta ahora, no le ha reportado mejoras significativas en los sondeos.

El resto de la oposición parece aturdida todavía por el golpazo del 14 de agosto y estudia cómo capear el temporal oficialista.

El ex presidente Duhalde se ha moderado en las últimas semanas después del rechazo que provocó su intento de deslegitimar el proceso de primarias con denuncias por supuesto fraude electoral.

También Lilita Carrió, que en la contienda de 2003 se enfrentó con ciertas posibilidades a Cristina Fernández, ha tirado la toalla tras su estrepitoso fracaso.

Carrió ha sido prácticamente la única que ha asumido una responsabilidad personal en el resbalón de su partido y se ha apartado de escena durante la campaña.

Tanto Duhalde como Carrió constituyen dos buenos ejemplos, según Perechodnik, del rechazo que ha generado en la opinión pública el discurso de la confrontación, la negación y el pesimismo.

Unos 28,6 millones de argentinos están llamados a votar en las elecciones de octubre, en las que se proclamará presidente en primera vuelta el candidato que obtenga más del 45 por ciento de los votos o el 40 por ciento con una diferencia de 10 puntos sobre su más directo competidor, de lo contrario será necesaria una segunda vuelta.

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