Así se burla Paco Sánz de los donantes en sus vídeos: "Quiero vuestros billetitos morados"

  • El valenciano que decía padecer 2.000 tumores y solicitaba dinero para un "tratamiento experimental" en EEUU  hace 'peinetas', se toca los genitales y pide 'oxígeno de la hucha'.

    Todo esto se desprende del material en bruto de los grabaciones, que se ha conocido ahora. Este hombre está acusado de obtener 250.000 euros con sus vídeos y engañar a 8.000 personas. Con el dinero llegó hasta a embarcarse en un crucero de lujo.

Paco Sánz hace una 'peineta' a sus donantes.
Paco Sánz hace una 'peineta' a sus donantes.
D. C.

Son tomas falsas, imágenes en bruto... que incluyen cortes de mangas, tocamiento de genitales, 'peinetas' y burlas a la cámara tales como "Necesito vuestra VISA" y "Quiero vuestros billetitos morados". Quien habla y hace esos gestos es Paco Sanz, el valenciano que aseguraba padecer una extraña enfermedad que le produjo 2.000 tumores.

La estrategia a la que había apelado para recaudar donaciones era grabarse en vídeos, en los que explicaba lo que supuestamente le sucedía. Claro que nadie sabía lo que había 'detrás' de estas grabaciones: risotadas, 'jueguecitos' con artefactos para parodiar el tratamiento en el hospital, gestos obscenos y chistes (que solo podían hacer reír a él y a sus familiares y cómplices en estas execrables situaciones).

Ahora se conocen varios de los vídeos que contienen todo el material en bruto de esas filmaciones. Ahora, los pobres donantes que se apiadaban de la situación de Sanz pueden ver -y escuchar- cómo en las escenas no editadas de las grabaciones este sujeto se burla, por ejemplo, "del oxígeno de la hucha" (en referencia al dinero de la campaña de recolección de fondos que inició en su momento).

Mofas, risas e insultos forman parte de ese material que los destinatarios de sus peticiones desconocían. Sanz no está solo en los vídeos. En algunos de ellos llegan a aparecer sus allegados como colaboradores especiales de sus 'chistes'. Es el caso de su novia, de 19 años (detenida hace unos días en Sevilla), e incluso su madre, que aparece bailando en el vídeo a modo de "burbuja" de cava.

Sanz, supuesto enfermo terminal, se anima hasta a hacer una 'peineta' a las cientos de personas anónimas a las que después, en el material ya editado, les suplicará dinero para salvar su vida. El hombre fue detenido junto con sus padres en La Pobla de Vallbona (Valencia), por los supuestos delitos de estafa, blanqueo de capitales y apropiación indebida.

Habría obtenido 250.000 euros con sus vídeos, tras engañar a alrededor de 8.000 personas. La Justicia considera que con ese dinero realizó 11 viajes a Estados Unidos entre los años 2010 y 2012, también se embarcó en un crucero de lujo y efectuó un gran número de compras en las mejores tiendas, tanto de aparatos electrónicos como de ropa, según se desprende del sumario del caso.

Como si fuera poco, en los vídeos 'al completo', Sanz llega a hacer una parodia del humorista Miguel Gila, usando a modo de teléfono una cuña-orinal. La magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 53 de Madrid, que instruye el caso, ha puesto en libertad al procesado, aunque le ha retirado el pasaporte, de modo que no podrá salir del territorio nacional, y le ha obligado a comparecer cada quince días en sede judicial mientras dure la investigación.

"Desde hace años llevo sufriendo el síndrome de Cowden. Esta enfermedad me ha generado cerca de 2.000 tumores. Sin embargo, intento hacer mi día a día lo más normal posible. He agotado mis recursos y los de mi familia para pagar el tratamiento. Las autoridades me ignoran. Hago todo lo posible por salvar mi vida y la única opción experimental está en Estados Unidos. Gracias a personas como tú, voy a poder seguir con el tratamiento, quizá curarme, o incluso puede que se encuentre una cura que pueda ayudar a otros", explicaba Sanz en su perfil de Facebook.

Ahora habrá que ver si se atreve a pronunciar palabra alguna sobre estos lamentables vídeos, aunque más no sea para pedir perdón. De todas formas, ni eso servirá para apaciguar sus patéticas acciones.

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