Pakistán refuerza la seguridad por temor a ataques durante la festividad chií

Islamabad.- Las autoridades paquistaníes reforzaron hoy la seguridad para evitar atentados contra las procesiones chiíes que han tomado las calles con motivo de la festividad sagrada de Ashura, informaron a Efe fuentes policiales.

Las fuerzas de seguridad han identificado treinta puntos del país donde deben proteger a la minoría chií, que durante los últimos años ha sufrido numerosos ataques a manos de grupos integristas de la corriente islámica suní, mayoritaria en Pakistán.

Sólo en la gran urbe meridional de Karachi, donde el año pasado ya se registró un atentado contra los chiíes, unos 5.000 policías y 2.000 miembros del cuerpo paramilitar vigilan las procesiones, informó a Efe una fuente policial, que añadió que 38.000 agentes están de servicio.

Otros 21.000 policías supervisan la seguridad en la ciudad oriental de Lahore y unos 11.000 en Islamabad, según varias fuentes de las fuerzas de seguridad consultadas por Efe.

Las autoridades han sellado además de forma temporal el paso fronterizo con Afganistán de Torkham, en la región tribal de Khyber, para garantizar la seguridad durante Ashura.

Las grandes procesiones de devotos chiíes, que arrancaron ayer, se suceden hoy, décimo día del mes sagrado de Muharram, para recordar el martirio del imán Husein, nieto de Mahoma, con las habituales flagelaciones y muestras de fervor religioso.

Ayer, el lanzamiento de una granada contra una concentración chií en la ciudad noroccidental de Peshawar causó la muerte a un niño de dos años e hirió a varias personas.

Varias fuentes de seguridad consultadas por Efe han constatado la deriva contra los chiíes del movimiento talibán paquistaní (TTP, siglas en urdu), cada vez más concentrado en la violencia sectaria y subrayando su ideología integrista suní.

En las zonas tribales de Pakistán, fronterizas con Afganistán, son además relativamente frecuentes los choques entre suníes y chiíes.