Para la justicia española, nunca hubo conflicto en el País Vasco

  • Javier Zaragoza, fiscal jefe de la Audiencia Nacional, jurisdicción española encargada en delitos de terrorismo y otros temas complejos como los grandes casos financieros, defiende la estrategia del Estado español con ETA, con la que, afirma, "no hay nada que negociar".

Pregunta: Cuatro años después del abandono de la violencia ¿Qué queda de ETA?

Respuesta: Está en un proceso irreversible de desaparición o de extinción. Tiene muy poca gente militante, muy pocos efectivos que puedan seguir manteniendo viva la estructura de la organización, realizando las labores de dirección, logísticas, de control de armas, de municiones, de explosivos, etc. Posiblemente estemos en sus estertores o momentos finales.

Disponer de 20 o 25 militantes activos es muy poco en comparación con otras épocas donde había cientos de personas que integraban decenas y decenas de comandos terroristas. El grueso de ETA, en un porcentaje altísimo, está en las cárceles cumpliendo condenas por su participación en delitos de terrorismo: sobre 340 presos de ETA en las cárceles españolas y aproximadamente unos 90 en las cárceles francesas. Casi la totalidad de la organización terrorista está cumpliendo condena.

El trabajo de las fuerzas de seguridad ha sido muy bueno. Y también ha sido una pieza clave en todos estos años la cooperación que mantenemos con los colegas franceses, cooperación que se está trasladando al combate contra el terrorismo yihadista o incluso otros fenómenos criminales importantes como el narcotráfico o el crimen organizado, la trata de seres humanos.

Se ha creado entre Francia y España un espacio de cooperación judicial reforzada que no tiene precedentes, que debería ser un modelo para el resto de Europa, porque durante muchos años miembros de la policía y la guardia civil española han trabajado en territorio francés.

P: ¿Qué consecuencias tuvo la operación contra los abogados de los presos, el llamado frente de cárceles?

R: Ha sido una operación muy importante ya que, como a la estructura orgánica de ETA solamente le quedan los presos, para ellos era vital mantener una coordinación y una disciplina en el colectivo de presos dentro del ámbito penitenciario. La desarticulación de ese 'talde' (comando) de coordinación que había en España y que también existe en Francia de alguna manera ha resquebrajado esa disciplina, esa cohesión interna que había entre los presos de ETA a la hora de plantear reivindicaciones colectivas.

Espero que tras esa operación los presos sean conscientes de que no hay salidas colectivas a esto, que no pueden pretender amnistías, que no puede haber indultos sino simplemente el cumplimiento de las condenas individuales, y que la mejora de sus condiciones pasa por el acatamiento de la legalidad, por pedir perdón a las víctimas y por reparar de alguna manera el dolor y el daño causados.

P: ¿Y ahora?

R: Lo que le queda a ETA en estos momentos es disolverse como organización terrorista, entregar las armas, identificar los 'zulos' (escondrijos), entregar los explosivos, y aquellos que están reclamados por la justicia porque tengan pendientes causas por delitos, que pasen a disposición judicial. No hay nada que negociar.

Aquí no existe ni ha existido un conflicto que exija una negociación entre partes al mismo nivel, ni hay necesidad de desarrollar un hipotético proceso de paz a consecuencia de un conflicto. Lo único cierto es que ETA ha cometido muchísimos asesinatos y atentados, y que la justicia no puede ser equidistante entre los criminales y las víctimas. No podemos equiparar a unos y a otros, eso es un error y un absurdo. No se puede negociar el cumplimiento de la ley en un Estado democrático.

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