Pasan a disposición judicial los cinco secuestradores del menor de edad chino

Sevilla.- Los cinco ciudadanos chinos que fueron detenidos por la Policía Nacional el pasado martes, en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra, acusados de secuestrar durante cuatro días a un joven de 17 años de su misma nacionalidad, han pasado hoy a disposición judicial.

El comisario jefe de la Brigada Provincial de la Policía Judicial, Manuel Piedrabuena, y el comisario jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), Serafín Castro, han informado hoy en rueda de prensa de que el objetivo del secuestro era "sacar dinero a la familia", que se dedica al negocio de la importación y exportación de productos.

Según ha explicado Castro, el joven fue secuestrado a punta de pistola sobre las 20:30 horas del pasado viernes cuando salía de la nave de su padre en el barrio del aeropuerto, tras lo cual los captores se pusieron en contacto de forma inmediata con la familia para exigir un rescate de un millón de euros.

Después de argumentar la familia que no disponía de ese dinero se rebajó la cantidad a 500.000 euros y se llegó al acuerdo de realizar una primera entrega de 300.000 bajo amenazas como la de "cortar los dedos" al menor, al que -según la Policía-, se golpeó repetidamente en las manos con un martillo y se "torturó psicológicamente" durante los cuatro días de captura.

La entrega del dinero se fijó para la madrugada del martes, cuando, tras cambiar en varias ocasiones de lugar por orden de los captores, el padre depositó la cantidad exigida en un contenedor de basura en el polígono de La Negrilla, al que llegaron minutos después dos individuos, uno de los cuales fue detenido mientras el otro escapaba en el coche, aunque fue arrestado minutos más tarde.

De forma paralela y "a través de multitud de gestiones", la Policía Nacional había establecido un dispositivo alrededor de una vivienda de Alcalá, una casa baja con un patio que era considerada "muy sospechosa", de la que "salieron precipitadamente" tres personas que fueron detenidas en ese momento.

A continuación fue el propio joven el que, "al verse solo", salió de la vivienda "muy asustado" y con señales de haber tenido ataduras en las muñecas, mientras en la casa se encontraron restos de la cinta aislante en una silla, además de la pistola, bridas, tarjetas telefónicas y distintas anotaciones.

Al parecer en la vivienda había residido antes una familia china, cuya hija era novia de uno de los secuestradores, sobre los que no existe constancia de que pertenezcan a ninguna red o mafia organizada y cuyo objetivo era, según la Policía, obtener dinero e información sobre otros industriales del mismo polígono.

Según la investigación, no existía ninguna relación previa entre la familia y los secuestradores, dos de los cuales residían en Sevilla y otros dos en Madrid -aunque han declarado que procedían de Italia-, y cuyas edades oscilan entre los 25 y los 30 años.