Piden ocho meses de prisión y una multa para un agente que simuló un atentado

  • El fiscal solicita ocho meses de prisión y una multa de 2.400 euros para un guardia civil que será juzgado mañana en Pamplona de sendos delitos de simulación de delito y desórdenes públicos, por simular que había sido víctima de un atentado cuando prestaba sus servicios en el cuartel de Leitza.

Pamplona, 10 ene.- El fiscal solicita ocho meses de prisión y una multa de 2.400 euros para un guardia civil que será juzgado mañana en Pamplona de sendos delitos de simulación de delito y desórdenes públicos, por simular que había sido víctima de un atentado cuando prestaba sus servicios en el cuartel de Leitza.

El procesado, que llegó a herirse en el antebrazo izquierdo con un disparo de su propia pistola, colocó además un artefacto cerca del cuartel con el fin de simular la existencia de un explosivo dirigido contra las instalaciones, que fueron desalojadas.

Según el escrito del fiscal, los hechos tuvieron lugar el pasado 30 de noviembre de 2009 cuando Salvador Meléndez Ortigosa, de 36 años, se dirigió solo, sobre las 3:30 horas, a las inmediaciones del cuartel y, tras disparar con su pistola contra sí mismo, avisó a sus compañeros de que había sido tiroteado por dos individuos desconocidos que habían salido huyendo.

Tras aparentar de este modo haber sido víctima de un atentado, el acusado advirtió a sus compañeros, en la misma transmisión, que no salieran a auxiliarle porque junto a él había "un tubo apuntando al cuartel".

El artefacto, según el escrito del fiscal, consistía en tres tubos de PVC unidos con cinta de embalar y cerrados con sendos tapones, de los que salían tres cables que llegaban hasta un recipiente plástico, "sin que en ninguna de sus partes contuviese ningún elemento explosivo o incendiario".

La acusación publica agrega que el artefacto fue realizado por el propio agente, que lo colocó en el lugar de los hechos al atardecer del mismo día "con el fin de simular la existencia de un artefacto explosivo dirigido contra el cuartel".

A raíz de la advertencia "realizada falsamente por el acusado", el cuartel de la Guardia Civil hubo de ser desalojado, personándose además una dotación de los Tedax con el fin de desactivar el supuesto explosivo.

Durante la comisión de los hechos, el acusado tenía afectadas sus capacidades "intelectivas y volitivas" con carácter "leve" debido, según dicha fuente, "al estado emocional en que se encontraba, unido a su personalidad histriónica y mitomaníaca".

El fiscal considera que los hechos son constitutivos de un delito de simulación de delito, por el que pide una multa de ocho meses a razón de una cuota diaria de diez euros, y de otro de desórdenes públicos, por el que solicita la pena de ocho meses de prisión y el pago de las costas de la causa.

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