¿Tiene Podemos un componente fascista?

  • Un concejal madrileño se sintió ofendido porque, después de hacerle una pregunta y oír su respuesta, le dije que veía en esa formación política “una veta fascista”.

    Pregunté al concejal si Podemos iba a apoyar el pacto de Psoe-Ciudadanos para formar gobierno. Explicó que no porque ese no era el cambio que querían los españoles.

En la imagen, Pablo Iglesias y Pedro Sánchez
En la imagen, Pablo Iglesias y Pedro Sánchez
Inocencio Arias

Hace días, en un programa radiofónico, un concejal madrileño, se sintió ofendido porque, después de hacerle una pregunta y oír su respuesta, le dije que veía en esa formación política “una veta fascista”. No de derecha fascista sino de izquierda, pero fascista en todo caso, con un tufillo totalitario. No menos fascista, en el sentido de excluyente, mesiánica, totalitaria, que si fuera de ese tinte de derechas.

Me dicen que en las redes sociales hubo un cierto número de mensajes criticándome o insultándome, uno creo que incluso decía, nueva muestra de fascismo totalitario, que si había sacado la oposición en la época de Franco es porque yo tenía que ser fascista.

Aclararé a las personas bien pensantes de Podemos que si yo he dicho no que sea un partido esencialmente fascista, pero que tienen un ramalazo no es porque Errejón hiciera trampas con la beca de Málaga, eso sería picaresca española de la más pura esencia, de ésa que le gusta criticar a algunos de Podemos cuando la practican otros.

Tampoco por lo de Monedero, eso es peccata minuta, ni tampoco porque Iglesias haya recibido dinero de Venezuela o Irán. Caso de que sea cierto, ¿lo es?, no resulta muy edificante, sobre todo, tratándose de dos regímenes citados. Pero no es fascismo. Tampoco me asusta que la portavoz del Ayuntamiento pateara los sentimientos religiosos de bastante gente cuando airadamente entró en la capilla y no si sé gritó “arderéis como en el treinta y seis”, algo que sí tendría un cierto aroma fascista. Pero pelillos a la mar, aunque mintiera posteriormente, tenía 21 años y, haciendo un pequeño esfuerzo, se le puede disculpar.

No habría mostrado mi rechazo al concejal por recordar la frase de Iglesias sobre la guillotina o la afición al escrache de miembros de Podemos , algo justificable cuando lo hacían ellos y un ataque a las instituciones cuando lo hacen otros. El doble rasero despide asimismo un perfumillo fascista pero no me refería a esto.

No se basaba mi comentario en la figura del concejal Bódalo que ha estado media docena de veces ante los tribunales y ha sido condenado a cárcel por un acto escasamente democrático. Tampoco recordaré a Alfon. Si llevaba una mochila con explosivos y tornillos camino de una manifestación, el equipaje a todas luces, prescindiendo de las intenciones, no era el adecuado.

Podíamos seguir con otras muestras de la ley del embudo que, en bastantes casos, convierten a una conducta en relativamente totalitaria.

Lo que motivó mi reacción en la radio es que cuando pregunté al concejal si Podemos iba a apoyar el pacto de Psoe-Ciudadanos para formar gobierno respondió negativamente porque, explicó, ese no era el cambio que querían los españoles. La respuesta, que formuló con naturalidad, no es brillante y me chocó. Según esta afirmación, el cambio que quieren los españoles es el que marca Podemos. Ese es el aceptable, el fetén. Cualquier otro no es bueno porque Podemos no lo aprueba. No importa que Psoe y Ciudadanos tengan muchos más votos de los que sacó Podemos. No importa que los votantes del PP, o los del PNV o los de la antigua Convergencia, o el grupo canario…. no comulguen con lo que propone Podemos. Lo que significa que, bien en la versión reducida, Psoe-Ciudadanos, o en la ampliada citada, haya muchísimos más españoles que quieren un cambio muy distinto al propugnado por los podemitas. No importa, nuestro concejal y el grupo alrededor del que se mueve son los depositarios de las esencias de la voluntad del pueblo español. Aunque sean muy minoritarios. Ellos, sólo ellos, conocen el cambio que queremos los españoles

Perplejo, dije al concejal que su frase tenía el mismo tufillo fascista que los slogans que se enarbolaban en la puerta del Sol el 15 de Marzo: “la soberanía no está en las Cortes, está en esta Plaza, en la puerta del Sol”.

La frase, que me pasmó cuando estuve en Sol aquel día, es impactante pero la firmarían Mussolini, Hitler y Lenin. Es decir, fascistas de derecha y de izquierda.

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