¿Por qué vimos a una Chacón eufórica y a un Rubalcaba más calmado?

  • Las intervenciones de Carme Chacón y Alfredo Pérez Rubalcaba en el Congreso Federal del PSOE fueron determinantes en la ajustada victoria del histórico dirigente del partido. Pero, ¿en qué fallaron y acertaron cada uno? Lo analizamos con dos expertos en comunicación política
Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón
Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón
Raúl Arias
C. Ibáñez

Emotiva, gritona o visceral. Estos son algunos de los adjetivos que más han acompañado al nombre Carme Chacón desde el sábado frente a racional, pausado y estratega de Alfredo Pérez Rubalcaba.

Los discursos de los dos candidatos marcaron la ajustada victoria de Rubalcaba (por 22 votos). Por ello, analizamos sus fallos y aciertos con  el asesor de comunicación política Antoni Gutiérrez-Rubí y con Alvaro Matud, director del área de Comunicación de la consultora GAD3.

Aunque Gutiérrez-Rubí matiza, antes de su análisis y citando a la filósofa Amelia Valcárcel, que "a las mujeres se les perdona la mitad de los errores que a los hombres". Los errores le costaron más caro a Chacón porque la misoginia en la sociedad española y en la política en especial es "un problema real".

Los fallos de Carme Chacón

-  Se equivocó de público. En todo momento, Chacón se dirigió al votante socialista e, incluso a la sociedad española, pero la elección dependía de los delegados.

"Este fin de semana no se escogía al candidato del PSOE --a la Presidencia del Gobierno--, sino al secretario general", explica Gutiérrez-Rubí.

"El discurso estaba mal enfocado, estaba pensado para un público general y no para el aparato del partido", explica Álvaro Matud.

Este error es el mismo que cometió Hillary Clinton en su carrera contra Barack Obama en las primeras demócratas. Clinton realizaba discursos más presidencialistas mientras Obama se dirigía solo a los electores demócratas.

-  Su euforia. Su equipo, su entorno, sus asesores y ella misma transmitieron cierta euforia. "Pensaban que ya lo tenían, que ya estaba hecho y este exceso de confianza provoca un aumento de la energía porque estaba en una nube y era menos reflexiva", apunta Gutiérrez-Rubí.

-  Enfocó el discurso oficial como un mitin. Su intervención fue más emocional que racional y esto es lo que funciona en los mitines, pero el sábado hablaba en un Congreso y no en un polideportivo. "Chirrió mucho no por su tono de voz, que es el que es, sino porque fue demasiado mitinera y le estaban escuchando delegados del partido, acostumbrados a dar ellos mismos los mitines en sus localidades", apunta Matud.

En este sentido, Gutiérrez-Rubí apunta que hay un límite  "muy sutil" entre ser enérgico y la excitación. "Puedes mostrarte muy enérgico, pero cuando no lo controlas puedes parecer demasiado visceral".

Los aciertos de Carme Chacón

- Su pasión y su vocación política. La candidata demostró su capacidad de "generar pasión, ilusión y optimismo". Aunque al sobredimensionar estas cualidades se convirtieron en sus 'handicaps', explica Gutiérrez-Rubí.

-  Los conceptos del discurso. La candidata y su equipo tenían muy bien pensadas todas y cada una de las frases que lanzó en su discurso. "El mensaje era bueno, pero no estaba adecuado al público que le tenía que votar", incide Matud.

Los fallos de Rubalcaba

-  No habló de lo que preocupa a los ciudadanos. A diferencia de Chacón, Rubalcaba se dirigió en todo momento a los delegados del PSOE y su error fue "llevar hasta el extremo su estrategia", apunta Matud. El nuevo líder socialista no habló de problemas como el paro o la recuperación económica.

-  No transmitió emoción ni ilusión. Se esforzó en "convencer" más que en "seducir" a los delegados y dejó a un lado la emoción, pero en política no hay que renunciar a esto ni siguiendo una estrategia, explica Gutiérrez-Rubí.

Los aciertos de Rubalcaba

Supo a quién debía dirigirse. En su discurso como candidato, el mayor acierto de Rubalcaba fue conectar con el público, con los casi 1.000 delegados presentes. "Hizo muchos guiños al aparato del partido y a los cargos", puntualiza Matud.  "El poder orgánico del PSOE estaba presente y supo plantear un cambio seguro", señala Gutiérrez-Rubí.

No hizo un mitin. "Sin ser pasional supo dirigirse al corazón de la izquierda", afirma Gutiérrez-Rubí, al tiempo que recuerda la mención a los acuerdos con la Santa Sede.

A diferencia de Chacón, Rubalcaba realizó un discurso muy pausado, muy racional, menos emotivo, porque sabía que tenía que convencer al partido y no a los militantes, señala Matud.

Mostrar comentarios