Presidente de gobierno marroquí reelegido a la cabeza de partido islamista

  • El presidente del gobierno marroquí, Abdelilah Benkirán, fue reelegido hoy como secretario general del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), tras el séptimo congreso ordinario de la formación islamista, mayoritaria en el parlamento.

Rabat, 15 jul.- El presidente del gobierno marroquí, Abdelilah Benkirán, fue reelegido hoy como secretario general del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), tras el séptimo congreso ordinario de la formación islamista, mayoritaria en el parlamento.

Benkirán obtuvo el apoyo de 2.240 congresistas (85 % del total), por delante de Saaededín al Otmani (actual ministro de Exteriores y que ocupó la secretaría general hasta 2008), quien tuvo el apoyo de 346 congresistas y que se había presentado únicamente para salvar las formas democráticas, según dijo a Efe uno de sus allegados.

Previamente, los más de 3.000 congresistas habían elegido a los 160 miembros del Consejo Nacional del partido, en el que se han reservado (algo novedoso en Marruecos) un 25 % de asientos para las mujeres y la misma cifra para los jóvenes.

El congreso del PJD se ha celebrado durante dos días en el polideportivo Mulay Abdalah, a las afueras de Rabat, y ha supuesto todo un ejemplo de organización, transparencia y democracia interna, en un país acostumbrado a los conciliábulos entre las familias políticas que dirigen los partidos.

El PJD, que domina el parlamento y el gobierno marroquí, ha logrado en estos seis meses de gestión eclipsar a los otros tres partidos políticos con los que está coaligado, gracias en gran medida al carisma de Abdelilah Benkirán.

Además, el ejercicio del poder no parece haber significado un gran desgaste para la formación islamista, algo que el ministro de Justicia Mustafá Ramid atribuyó a que sigue siendo un partido fiel a sus principios y que no ha perdido la conexión con el pueblo marroquí.

Hace pocas semanas, el partido nacionalista Istiqlal, el más antiguo de Marruecos, celebró su congreso y sus delegados tuvieron que posponer "sine die" la elección de su secretario general ante las diferencias irreconciliables entre los dos principales candidatos, entre rumores de querellas intestinas.

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