"El resultado de unas elecciones pueden romper o construir un país (...). Como ugandeses, preparémonos para mostrar más tolerancia" indicó el jefe de la Comisión Electoral, Badru Kiggundu, tras declarar la victoria de Museveni, de 71 años.
Museveni obtuvo oficialmente el 60% de los votos en las elecciones del pasado jueves, cuya caótica organización obligó a prolongar un día más la apertura de los colegios electorales.
El líder opositor, Kizza Besigye, que fue detenido durante la jornada electoral, liberado y vuelto a detener, obtuvo el 35% de los votos, según la Comisión.
"Los resultados de las elecciones presidenciales deben rechazarse", pidió Besigye, de 59 años, en arresto domiciliario.
La casa del opositor estaba rodeada este sábado de decenas de policías antidisturbios.
El gobierno desplegó también policías y soldados en las calles de la capital.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, advirtió al régimen el viernes que "controle" a sus fuerzas de seguridad.
En su mensaje a la comunidad internacional, Besigye declaró: "si ratifican estas elecciones fraudulentas, tengan la valentía de admitir que no les preocupan la democracia o los derechos humanos en África".
Museveni llegó al poder en 1986, tras tomar Kampala con su Ejército de la Resistencia Nacional (NRA) y derrocar al autócrata Milton Obote. Sigue siendo muy popular y se beneficia de la capacidad financiera y la experiencia electoral de su partido, el Movimiento de Resistencia Nacional (NRM).
"El resultado confirmó que nuestros oponentes fracasaron a la hora de plantear una alternativa" dijo el portavoz del NRM, Mike Sebalu.
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