La presión sube en Bangladés tras asesinato de activistas de comunidad gay

La presión se acentuaba el martes en Bangladés tras el asesinato a machetazos de dos militantes de la comunidad gay, el último de una serie de ataques atroces contra intelectuales, escritores y minorías religiosas.

Al menos seis hombres con machetes y armas entraron el lunes por la noche en un edificio de Daca y mataron a Xulhaz Mannan, editor de una revista para la comunidad gay, y a su amigo Mahbub Tonoy, también activista.

Ambos recibieron amenazas de los islamistas en su combate por los derechos de la comunidad homosexual.

Organizaciones de derechos humanos dijeron que estos asesinatos junto con el de un profesor universitario el sábado hacían pensar que los atacantes estaban ampliado sus objetivos. Exigieron justicia y una mayor protección para las minorías en este país musulmán conservador.

"El brutal asesinato de hoy de un editor de una publicación LGBT [colectivo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y personas Transgénero] y de su amigo, días después de que un profesor universitario fuera golpeado hasta la muerte, prueba la pésima falta de protección proporcionada a un grupo de activistas pacíficos en el país", declaró el director de Amnistía Internacional de Sur de Asia, Champa Patel.

"Mientras las autoridades banglasedíes no conseguían llevar a estos grupos violentos frente a la justicia, los atacantes han ampliado su tipo de víctimas y ahora incluyen profesores universitarios y activistas del LGBT", advirtió.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, condenó los asesinatos de Tonoy y Mannan, que trabajaba para la organización de ayuda exterior de Estados Unidos USAID.

"Condeno el asesinato brutal del trabajador local de @USAID y de otro defensor bangladesí en Daca. Sus responsables deben ser llevados ante la justicia", tuiteó Kerry.

Sólo en el último mes, cuatro personas fueron asesinadas en Bangladés por sus opiniones liberales o no religiosas, entre ellas un activista de internet de 26 años conocido por sus opiniones anti-islamistas.

Nadie ha sido todavía condenado por estos crímenes y sólo se han efectuado algunos arrestos.

El año pasado, un tribunal de Bangladés condenó a muerte a dos estudiantes por la muerte en 2013 de Ahmed Rajib Haider, el primero de una serie de ataques contra escritores. Otras cinco personas fueron condenadas con cargos menores por este caso.

El grupo yihadista Estado Islámico reivindicó una serie de muertes, entre ellas la de un profesor en la ciudad de Rajshahi, en el noroeste.

Por su parte una rama bangladesí de Al Qaida reivindicó los asesinatos de varios blogueros y escritores.

El gobierno de Bangladés rechaza sin embargo estas reivindicaciones y afirma que los ataques son perpetrados por grupos islamistas locales.

El primer ministro, Sheikh Hasina, culpó el lunes a la principal formación de la oposición, el Partido Nacionalista de Bangladés (BNP) y a su aliado islamista, Jamaat e Islami, de la muerte de los dos activistas gays y los acusó de querer desestabilizar el país.

Los medios criticaron no obstante las acusaciones del gobierno y recordaron que el Estado tenía que proteger a las minorías, sin tener en cuenta de dónde vienen los autores de los ataques.

"No importa si [los ataques] son de grupos terroristas internacionales como el EI, como ellos lo reivindican, o son de parte de las redes locales, como el gobierno dice", explica el diario Dhaka Tribune en su editorial del martes.

"Su objetivo es fomentar el miedo y el odio. Se tienen que parar. El apaciguamiento no detendrá estas muertes. El gobierno debe capturar a las asesinos y cumplir con su deber de proteger a todos los ciudadanos", agrega el diario.

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