Bagdad, 1 jun.- El clérigo y dirigente político chií Emar al Hakim logró hoy reunir al primer ministro de Irak, Nuri al Maliki, y al presidente del Parlamento, Osama al Nuyaifi, en un paso adelante para poner fin a la crisis política que vive el país.
"Nuestra reunión simbólica, lejos de complicaciones políticas y de protocolo, tiene un gran significado sobre nuestra pertenencia a Irak, que es más grande que nuestras diferencias", destacó Al Hakim durante la cita, que se celebró en su oficina en el centro de Bagdad.
La reunión tuvo lugar en un momento de grave crisis política y de seguridad en el país y de importantes diferencias entre el chií Al Maliki y el suní Al Nuyaifi, que se acusan mutuamente del repunte de la violencia en los últimos meses.
El clérigo Al Hakim se dirigió a los asistentes a la reunión para recordarles que son los dirigentes de Irak y el pueblo espera de ellos que "diseñen su futuro y el de las generaciones venideras".
Agregó que a nadie se le escapa que la región atraviesa por circunstancias excepcionales, "que no se han registrado desde hace cien años", y que todo ello presiona sobre la situación interna iraquí.
En ese sentido, rechazó la violencia sectaria y el terrorismo, que se cobró en mayo más de mil víctimas mortales, el mayor número desde hace cinco años, según informó hoy la ONU
Al Hakim indicó que las fuerzas armadas y policiales iraquíes deben estar integradas por "todos los componentes del pueblo, sin discriminación", "estar sujetas a la autoridad del Estado y no ser usadas para reprimir al pueblo".
La crisis política entre Al Maliki y la oposición, a la que pertenece Al Nuyaifi, aumentó desde finales del año pasado con el estallido de manifestaciones en las provincias mayoritariamente suníes del norte y el oeste de Irak.
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