Primer ministro no autorizará congreso de salafistas con lazos terroristas

  • El primer ministro tunecino Ali Lariyedh, afirmó que no autorizará la celebración de un congreso al movimiento salafista Ansar Al Sharía, cuya suspensión causó hoy al menos un muerto en los disturbios de Qairauán y la capital.

Miguel Albarracín

Túnez, 19 may.- El primer ministro tunecino Ali Lariyedh, afirmó que no autorizará la celebración de un congreso al movimiento salafista Ansar Al Sharía, cuya suspensión causó hoy al menos un muerto en los disturbios de Qairauán y la capital.

Según informó la agencia nacional de prensa, TAP, Alí Lariyedh aseguró en Qatar a un programa del canal de televisión "Al Yazira" que el líder de Ansar Al Sharía, Abú Aiyad, "está implicado en diversos actos de terrorismo".

Ésta es la primera vez que el jefe del ejecutivo tunecino vincula a Ansar Al Sharia con el terrorismo.

Los enfrentamientos entre salafistas y las fuerzas de seguridad, en los que murió el joven Moez Dahmani, de 27 años, y causó más de una quincena de heridos, han dejado a la capital extenuada y con las calles casi desiertas.

Antes de las declaraciones del primer ministro a Al Yazira en Qatar, donde se encuentra de visita, el gobernador de la población de Qairauán, Abdelmayid Laguán, anunció que el congreso salafista se retrasaba al próximo domingo 26, según declaró a la agencia oficial TAP.

El gobernador explicó que tras una conversación telefónica con Mohamed Klif, líder salafí regional que intentó obtener una autorización legal para el congreso que los salafistas pretendían celebrar hoy en Qairauán, se acordó tramitar una nueva demanda legal al menos 3 días antes del próximo domingo, para respetar las exigencias legales.

Klif pidió al gobernador facilidades para que los tres mil salafistas que habían acudido al congreso en la ciudad sagrada pudieran abandonarla hoy sin ser objeto de provocaciones o arrestos.

Los acontecimientos de hoy se produjeron mientras el jefe del ejecutivo realizaba una visita a Qatar.

Al inicio de las negociaciones varios millares de salafistas salieron a la calle en los barrios Atadamen, Intilaka Ben Arús, Ariana y Duar Hicher, periféricos de la capital tunecina, con intención de concentrarse en "Atadamen".

Pero el fuerte dispositivo de seguridad impidió la concentración y que trasladaran la protesta salafí hasta el centro de la capital.

Durante toda la mañana se sucedieron enfrentamientos entre los agentes de la policía que respondió con gases lacrimógenos a las piedras que lanzaban los simpatizantes de Ansar Al Sharía en Atadamen.

A media mañana y a pesar de las barricadas de neumáticos incendiados, varios blindados de la Guardia Nacional y camiones militares reforzaron a las fuerzas de seguridad desplegadas.

Entre los heridos se incluyeron al menos once policías y tres manifestantes, según informó el ministerio de Interior.

Según afirmaron a Efe testigos presenciales, varios periodistas fueron agredidos y a reporteros gráficos les fueron quitadas las cámaras.

Algunos salafistas bloqueados en el barrio de Atadamen los salafistas pudieron quitar la bandera nacional de un edificio público y sustituirla por la insignia yihadistas negra con inscripciones coránicas en blanco.

En la ciudad de Qairauán el blindaje de seguridad formado por 11.000 agentes impidió la entrada de cientos de salafistas que desde ayer comenzaron a llegar para asistir al congreso anual.

Los enfrentamientos entre la policía y grupos de jóvenes discurrieron en las inmediaciones de la mezquita principal de Okba Ben Nafáa, lugar del congreso, cuando protestaban por la detención del portavoz de Ansar Al Sharía la pasada madrugada.

El dispositivo de seguridad que el ministerio de Interior organizó en todo el país y la red de carreteras seguía desplegado alrededor de la medianoche.

Desde hace 12 días el gobierno y el partido islamista conservador Al Nahda mantienen un pulso contra la corriente rigorista extremista después de que las autoridades anunciaran la existencia de un vínculo entre su líder, Saif Alá Ben Huseín, alias "Abu Aiyad" y el grupo de extremistas parapetados en las montañas de Chaambi, fronteriza con Argelia.

"Abu Aiyad" vive en clandestinidad desde el ataque salafista a la embajada de los Estados Unidos del pasado 14 de septiembre que causó 4 muertos.

Ninguno de los partidos políticos, gobernantes o de la oposición, han reaccionado ni hecho declaraciones sobre los hechos.

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