Pueblo palentino consternado por el asesinato de sus dos vecinas en Abadiño

Palencia, 11 dic.- La localidad palentina de Vertavillo, de donde eran naturales las dos mujeres asesinadas ayer en su domicilio de Abadiño (Bizkaia), está consternada por la muerte de Amelia Rodríguez, una vecina muy querida, y su hija Mari Luz Alejo.

El alcalde de la localidad, Tomás Antón, ha puesto voz al "estupor" de todo este pueblo del Cerrato palentino, que un día después del asesinato no sale del asombro.

"Sigo sin poder creer lo que ha pasado. Cuando oí ayer la noticia de que habían asesinado a dos mujeres, nunca pensé que fueran de Vertavillo", ha manifestado en declaraciones a EFE.

"Yo tenía mucha amistad con Amelia y su marido Alfredo. Eran gente muy buena y muy trabajadora. Sacaron a siete hijos adelante. Eran una familia encantadora", ha continuado relatando el alcalde de esta localidad, situada a 38 kilómetros de Palencia y que cuenta con un centenar de habitantes.

En el pueblo hoy no se hablaba de otra cosa "porque nunca esperas que pase algo así", y en el ayuntamiento las banderas ondean a media hasta en señal de luto.

La ultima vez que vieron sus vecinos a Amelia fue en verano, porque "ya estaba mayor y en cuanto empezaba a hacer frío se iba a pasar temporadas con sus hijos", ha explicado el alcalde.

Al que conocían menos en el pueblo era al marido de Mari Luz, detenido ayer por la Ertzaintza como presunto autor del doble crimen, "porque cuando venía no se relacionaba demasiado con la gente".

Según ha adelantado el alcalde, el deseo de la familia es que Amelia Rodríguez sea enterrada en su pueblo natal, junto a su marido, a ser posible este fin de semana, después de la misa funeral que se celebraría en la iglesia parroquial de San Miguel.

Madre e hija fueron encontradas ayer por un familiar muertas en su domicilio de Abadiño, con evidentes signos de violencia.

Horas después la Ertzaintza detuvo como sospechoso del doble crimen al marido de una de las dos mujeres asesinadas, que había sido encontrado colgado de los pies y con heridas leves, en su empresa, una carpintería de madera y aluminio de Atxondo, donde se había producido un incendio.

La cuñada del hombre, hija y hermana de las fallecidas, se dirigió al domicilio de su hermana para informarle del incendio y se las encontró muertas en la cama con signos evidentes de violencia.