Rahul Gandhi, el heredero que quiere gobernar en la India

    • La elecciones legislativas se inician el próximos lunes.
    • Su adversario en esta elección, el ministro jefe del Estado de Gujarat Narendra Modi, es la antítesis de Nehru.
Rahul Gandhi
Rahul Gandhi

Rahul Gandhi nunca ha tenido un puesto de responsabilidad, considera que el poder es un 'veneno' y pese a ello, el heredero de la dinastía Gandhi, cuyo padre y abuela fueron asesinados, quiere convertirse en primer ministro de India.

Si se confirman los sondeos, Gandhi, de 43 años, llevará al Partido del Congreso, en el poder desde hace 10 años, a su peor derrota en las elecciones legislativas que se inician el lunes.

En público, el heredero de la dinastía india más conocida se niega a contemplar un fracaso frente al partido nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP) y a su polémico líder, Narendra Modi.

Pero la mayoría de los comentaristas políticos están convencidos de que el propio Rahul no cree que pueda ganar. Algunos dudan incluso de si realmente tiene ganas de llegar al poder.

"No está desesperado ya que sabe que su padre se convirtió en primer ministro demasiado pronto (...) pero creo que no hay una elección fácil en política", estima Rasheed Kidwai, autor de varios libros sobre el Partido del Congreso y los Gandhi.

Rahul nació en una familia privilegiada pero su juventud estuvo marcada por la tragedia.

A los 14 años, su abuela Indira Gandhi fue asesinada en 1984 por uno de los guardaespaldas, un sij que quería vengar el asalto del Templo de Oro de Amritsar.

Su padre Rajiv se vio impelido a reemplazarla y también fue asesinado siete años más tarde por un kamikaze tamil.

"He visto morir a mi abuela, a mi padre, he visto a mi abuela ir a la cárcel y he vivido momentos de inmenso dolor en mi infancia", declaró recientemente.

Cuando estudiaba en Harvard, Sonia, su madre de origen italiano, asumió el testigo en el Partido del Congreso al que llevó al poder en 2004, aunque rechazó convertirse en primera ministra.

Tras trabajar en Londres y Bombay, Rahul se vio tentado por la política y se convirtió en 2004 en diputado de una circunscripción que dejó libre su madre al convertirse en presidenta del Partido del Congreso.

Rahul, que dirigió durante un tiempo la sección juvenil del partido, llegó a la vicepresidencia del Congreso en enero de 2013 pero no ha logrado imponerse como dirigente de primer orden, ni siquiera entre los suyos.

El Partido del Congreso recurrió a Rahul cuando el segundo mandato del primer ministro Manmohan Singh estaba en aprietos, pensando que la "magia" de la dinastía Gandhi podría destilar de nuevo sus efectos.

"Para una parte del Congreso, la familia no puede equivocarse", explica M. J. Akbar, antiguo director de la revista India Today. Pero Gandhi "no logra definir realmente sus ideas ni comprender lo que que quiere el electorado" dice a la AFP.

Una vez convertido en número dos del Congreso, Rahul Gandhi ha generado interrogantes al declarar que el "poder que tanta gente busca es un veneno".

Se negó a entrar en el gobierno, prefiriendo comprometerse en diversas causas como la ley sobre el derecho a la información, a la que considera como un avance crucial contra la corrupción desenfrenada y la ley sobre la ayuda alimentaria.

Es un ferviente defensor del laicismo a la india personalizado en su bisabuelo Jawaharal Nehru, arquitecto del modelo socialista que ha marcado la economía india desde la independencia.

Su adversario en esta elección, el ministro jefe del Estado de Gujarat Narendra Modi, es la antítesis de Nehru.

Para Gandhi, esta elección se resume en "un enfrentamiento entre dos ideas de India" y ha denunciado la inacción de Modi en los sangrientos disturbios intercomunitarios de 2002, que dejaron más de 1.000 muertos, la mayoría musulmanes, en Gujarat.

Gandhi se desmarca fundalmentalmente de Modi porque considera que lo que el segundo país más poblado del planeta necesita es un hombre fuerte y no un hombre providencial, sostiene Kidwai.

Una derrota humillante no significaría el fin de la carrera política de Rahul.

"Habría que estar totalmente ciego para pensar que el Congreso tiene una posibilidad" de ganar, considera el periodista Akbar. Pero ¿en cinco años? "No se le puede borrar del mapa", advierte.

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