(reportaje)fundación khanimambo busca 200 padrinos y madrinas


Khanimambo es una fundación que ayuda a niños y niñas de Xai-Xai, en Mozambique. Con el fin de extender su labor, la entidad desarrolla la campaña ‘No hay nada más importante en la vida que ser un/a tío/a bueno/a’ para incrementar el número de padrinos y madrinas que hacen posible su trabajo.
En 2006 Alexia Vieira decidió visitar Mozambique para conocer de primera mano los proyectos de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid). Debido a sus raíces portuguesas, esta periodista de formación siente “un vínculo muy especial” con ese país africano, donde vive desde entonces. Así surgió en septiembre de 2007 Khanimambo, que en principio era una ONG y actualmente opera como una fundación, con cinco voluntarios en España y otros tantos en Mozambique.
“Ya llevamos ocho años trabajando en Praia de Xai-Xai apoyando la educación, la sanidad, la nutrición y la vivienda, una labor que beneficia de forma directa a 311 niños, a través de nuestro programa de apadrinamientos, y de forma indirecta a unas 3.000 personas de esa comunidad, gracias a las aportaciones de nuestros socios, que actualmente se sitúan en torno a los 450”, explica Vieira.
Para reforzar esa ayuda en uno de los países más pobres del mundo –con uno de los Índices de Desarrollo Humano más bajos, ocupa el puesto 185 entre las 186 naciones analizadas por la ONU en 2012– esta organización busca ahora 200 padrinos y madrinas más. Para ello desarrolla una campaña con el lema ‘No hay nada más importante en la vida que ser un/a tío/a bueno/a’.
“Cada niño tiene dos padrinos en Khanimambo, uno apoya su educación y otro, su nutrición, de ese modo, la asistencia ofrecida es de la máxima calidad”, subraya la creadora de esta fundación. Ser padrino de uno de los niños y niñas a los que ayuda Khanimambo tiene un coste mensual de 20 euros, pero el valor de este gesto es muy superior, si se considera el impacto que tiene porque “el hecho de ayudar a alguien, de comprometerse a mejorar su vida da una satisfacción muy grande, es algo que aporta mucho. A los niños se les queda marcado para toda la vida. Alguien que ha contribuido a que salgan de la pobreza extrema y se conviertan en quien quieren ser no se olvida”, explica Vieira.
Además, los padrinos tienen la oportunidad de vivir en directo la mejora que su apoyo supone en la vida de los pequeños y pequeñas apadrinados, bien “charlando con ellos ‘online’ a través de Skype o contactando directamente conmigo en Xai Xai por teléfono móvil, o en el mail que aparecen en nuestra web”, señala la responsable de la fundación. También pueden visitarles en Mozambique. “Los padrinos pagan su viaje y su alojamiento, ya que Khanimambo no dispone de estancias para ellos, pero en algunos casos se alojan en la casa del niño o niña apadrinado”, si así lo desean ambas partes, añade.
ÉXITO EN LA ESCUELA
Entre los niños a los que ayuda la Fundación Khanimambo los hay de todas las edades. La más pequeña nació hace poco más de un mes. Gil fue uno de los primeros a los que atendió la entidad. “Cuando llegó a nosotros no podía estudiar porque tenía que trabajar de noche en una panadería. Ahora ya ha terminado su carrera universitaria de Odontología y será el primer médico que tendremos en Khanimambo”, destaca Alexia Vieira.
Gracias a los programas de su organización, estos pequeños tienen “una evolución positiva radical: el primer año que trabajamos en Xai Xai había un 40 por ciento que conseguían pasar de curso y ahora lo logran el 95 por ciento”, asegura Vieira. Esos resultados han sido posibles gracias a personas que se dedican a encontrar los puntos fuertes de los niños y personalizan la ayuda que se les presta. “Usamos técnicas de comunicación muy creativas y abiertas, como el lenguaje corporal o la expresión en público, que permiten a los pequeños ganar confianza”, añade.
Una de esas actividades son los campamentos de verano, que empezaron a organizar con un donativo de 1.000 euros de la empresa Natu Aventura, especializada en este ámbito. Ahora los monitores de esa compañía van a Mozambique cada año para organizar esos campamentos, lo que constituye “una motivación muy grande para los niños ya que les permite practicar deportes y desarrollar sus habilidades físicas y manuales”.
Entre los pequeños que acuden a la fundación, también los hay con discapacidades físicas, en algunos casos provocadas por malos tratos, auditivas, y problemas de desarrollo debidos a una deficiente alimentación. Para ellos Khanimambo cuenta con una psicóloga y tiene como reto para este año recabar fondos suficientes para incorporar una fisioterapeuta.
CENTRO MUNTI
Con el fin de ampliar su labor en Mozambique, Khanimambo está a punto de inaugurar el Centro Munti, unas nuevas instalaciones de 5.000 metros cuadrados dedicadas a la ayuda integral que beneficiarán a 400 niños y sus familias, y a 3.000 personas de la comunidad de Xai Xai. Se ha podido construir gracias a la aportación económica de Fundación AGH. Contará con una biblioteca, una escuela, un departamento de nutrición y otro de atención primaria, y campo de fútbol. La fundación espera que el centro esté funcionando el próximo mes de marzo, cuando reciban e instalen los materiales donados que se han recogido en España.
“Estuvimos recogiendo todo aquello que podía ser útil para equipar las aulas, enfermería, biblioteca, comedor y cocina con las que contará dicho centro en empresas y colegios, principalmente de Madrid, interesados en donar muebles, ordenadores y otros enseres tras haber adquirido otros nuevos”, explica Antonio Maeso, voluntario de Khanimambo.
Aunque “son numerosos los centros educativos que necesitan deshacerse de material cuando compran nuevo, muchos no saben cómo hacerlo o a quién acudir”, además, “como la recogida empezó en junio, fecha de inicio de las vacaciones escolares, no pudimos ponernos en contacto con sus responsables hasta la vuelta a clase”, recuerda Maeso.
Finalmente, consiguieron numerosas donaciones. En lo que se refiere a ordenadores fue muy importante para esta iniciativa la contribución de compañías como IBM, Heineken o Indra. “En principio necesitábamos cuatro, y conseguimos más de 30”, señala el voluntario.
Por su parte, Obrum, la empresa que ha construido Centro Munti en Mozambique, también hizo una importante donación de mobiliario, ya que se mudaban de oficinas. Todos los materiales donados, que estaban dispersos por varios almacenes, se pudieron reunir y enviar de manera gratuita a Mozambique gracias a Boyaca e Iberpress.
OPORTUNIDADES PARA LAS MUJERES
En el marco de la ayuda que prestan en la comunidad de Xai Xai, Khanimambo también prevé poner en marcha una cooperativa para ofrecer a mujeres que han sido víctima de maltrato y violencia de género la oportunidad de desarrollar actividades que les permitan obtener ingresos.
Para ello, podrán elaborar mermeladas con la amplia variedad de frutas que se producen en Mozambique y pan, para lo que se creará una panadería próxima al Centro Munti, el nuevo proyecto que la entidad espera inaugurar en marzo.

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