"Se ha constatado que hubo una respuesta tardía y que yo mismo, en tanto que responsable de la Fuerza, considero como inadecuada", declaró el general Jean Baillaud en una conferencia de prensa, refiriéndose a los soldados sudafricanos estacionados a un kilómetro de ese pueblo y que no intervinieron para atajar la matanza de carácter étnico.
Dieciséis o 17 personas de la etnia Nande fueron masacradas la noche del 6 al 7 de enero en Miriki, a unos 110 km al norte de Goma, capital de la provincia de Kivu Norte. La ONU, las autoridades locales y el ejército congoleño imputaron la masacre a los rebeldes hutus ruandeses de las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR).
Un destacamento local de la fuerza de la ONU (Monusco) fue alertado por unos vecinos, pero no se movió. Tampoco intervino una patrulla del ejército congoleño que se encontraba cerca del lugar.
Para el general Baillaud, "hay que sacar todas las conclusiones, y proceder a todas las verificaciones sobre lo que ha sucedido".
El general estimó también que hay que preguntarse sobre "los riesgos" de la masacre para la estabilidad en la zona, y la identidad de los autores de estos crímenes y sus posibles cómplices.
bur/bmb/mj/avl/mb
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios