Revilla califica de "patochada" el uso de lenguas cooficiales en el Senado

  • Madrid.- El presidente de Cantabria, Miguel Revilla, se ha presentado hoy como "defensor de las lenguas españolas", pero ha considerado que usarlas en el Senado es una "patochada" y una "pérdida de tiempo".

Revilla pronostica a Cascos un vuelo corto, como todo partido hecho de rebotados
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Madrid.- El presidente de Cantabria, Miguel Revilla, se ha presentado hoy como "defensor de las lenguas españolas", pero ha considerado que usarlas en el Senado es una "patochada" y una "pérdida de tiempo".

En una entrevista en RNE recogida por EFE, Revilla ha insistido en que las lenguas cooficiales enriquecen el país, pero ha rechazado la idea de convertir la Cámara Alta en "una torre de Babel".

A su juicio, hay imágenes que causan perplejidad tanto dentro como fuera de España y una de ellas es, por ejemplo, ver al anterior presidente catalán, José Montilla, de Córdoba, hablar en el Senado y obligar al vicepresidente tercero, Manuel Chaves, de Sevilla, a ponerse un pinganillo.

Al margen del coste, ha insistido en que la iniciativa es una pérdida de tiempo y la ha relacionado con un "complejo de inferioridad".

Ha abogado en este contexto por utilizar las lenguas cooficiales en los parlamentos autonómicos o en las televisiones autonómicas, aunque en la entrevista ha arremetido duramente contra estos medios de comunicación.

El presidente cántabro, que se ha presentado como un "acérrimo partidario de las autonomías", ha mostrado una oposición frontal a contar con un canal autonómico, televisiones que, a su juicio, están siempre "a la carta del que manda, da igual en Andalucía, en Madrid o en Cataluña", para "gloria y boato del presidente de turno y su equipo".

A su juicio, es "indecente" dedicar "2.000 millones de pesetas al año" a esos proyectos en lugar de levantar un hospital o hacer una carretera.

Revilla ha elogiado no obstante el desarrollo de las autonomías por haber favorecido el desarrollo de todos los territorios al acercar la administración a los ciudadanos, aunque ha reconocido que hay cosas que "se han desmadrado clarísimamente" y a las que "hay que poner coto".

Como ejemplos de esa "anarquía incomprensible" ha apuntado el hecho de que haya comunidades con distintos tipos de impuestos o que los escolares estudien diferentes versiones de la historia española.

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